MUERTE DE UNA ATLETA


Esta que viene a continuación, es de aquellas noticias que a menudo pasan inadvertidas ante la avalancha diaria que hay. Posiblemente sale en los periódicos porque estamos el mes de agosto y no hay demasiadas noticias que publicar.
Recuerdo la carrera en Pekín de Samia donde llegó la última en la carrera de los 200 metros. Samia quería continuar su carrera en Europa y por eso se embarcó en una patera que la debía llevar a Italia, donde pretendía continuar su carrera deportiva, pero no llegó. Es una víctima más del goteo diario de muertes que se podrían evitar, de los muertos de tercera, pero que se producen, a menudo, ante la indiferencia de la gran mayoría. Se llamaba Samia Yusuf Omar y murió en una patera el pasado mes de Abril con sólo 21 años.

"La somalí Samia Yusuf Omar había conmovido al mundo con su carrera en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Pekín, donde llegó última, pero demostró el verdadero espíritu olímpico, pero no pudo repetir su participación en Londres, ya que murió en el intento de llegar en una patera a las costas italianas.

La triste historia de Samia ocupa este lunes las primeras páginas de los medios de comunicación italianos, que citan las declaraciones de algunos de sus compatriotas somalíes, que aseguran que la atleta se embarcó en Libia con dirección a Italia buscando una nueva vida, pero murió en la travesía.

El mediofondista somalí Abdi Bile, medalla de oro en los 1.500 metros en el Mundial de atletismo de Roma, en 1987, fue el encargado de explicar a la prensa durante una reunión del Comité Olímpico Nacional de Somalia que se había hecho de aquella chica de 17 años que conmovió al público del Estadio Olímpico de Pekín, que aplaudió su llegada en solitario a la meta con 10 segundos de retraso respecto al resto de las atletas.

"Ha sido una experiencia bellísima, he llevado la bandera de mi país, he desfilado con miles de atletas del mundo", expresó Samia después de su experiencia olímpica al volver a Mogadiscio. Por ello, a pesar de todas las dificultades, había continuado entrenándose duramente en el destartalado estadio olímpico de la capital somalí para poder volver a participar en unos Juegos Olímpicos.

El entrenador de Samia, Mustafa Abdul-Aziz, confirmó que el atleta se embarcó este verano en una patera para intentar llegar a Italia y seguir su carrera deportiva ante la falta de fondos de su país. Su madre, explicó Abdelaziz, vendió incluso un pequeño terreno para financiar su viaje y que pudiera cumplir su sueño y tener una vida alejada de las guerras y la precariedad.

"Los supervivientes de aquel viaje comunicaron la lista de las personas que habían muerto durante la travesía y allí estaba su nombre (...). Nos quedamos helados. Sabíamos que el viaje hacia Occidente es peligroso, pero no nos podíamos imaginar que ella sería una de sus víctimas ", añadió Abdelaziz.

Samia nació en 1991. Era la mayor de seis hermanos, hija de una vendedora de frutas, y su padre murió en uno de los múltiples conflictos que se viven en el país. Su amor por el deporte la llevó a practicar el atletismo, pero también la natación y el baloncesto. En mayo de 2008, Samia se coronó campeona africana de los 100 metros, y con sólo 17 años desembarcaba en Pekín para hacerse abanderada del lema del barón Pierre de Coubertin, lo importante no es ganar sino participar. El mar Mediterráneo acabó con todos sus sueños."

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