El sorteo de la Lotería Nacional del día 22 de diciembre, no es más que la 'Rifa' de los pobres, el único impuesto que la gente paga con cierta alegría y donde quien realmente gana es el Gobierno (144 millones de euros este año, dicen). Esta rifa de origen catalán comenzó en el siglo diecisiete en Barcelona y se sorteaban dos cerdos. Según explican, Carlos III vio las posibilidades de la misma y la hizo suya trasladándola a Madrid cambiando los cerdos por premios en dinero. El primer sorteo se celebró en Madrid el 22 de diciembre de 1812.
Digo que es la rifa de los pobres porque son los pobres los que jugamos (menos este año). 72.000 euros durante veinticinco años más 1.800.000 al acto, que es lo que alguien ganó en el boleto de la ONCE de ayer sábado, es un premio de ricos, pero no lo es la lotería de Navidad, rancia donde las haya, con unos niños con nombres raros que cantan una letanía sonsonética durante toda la mañana, en escenario lleno de señores rancios que no se sabe muy bien que hacen, y un público de lo más friki. Todo ello bastante deplorable.