Un puñado de místicos ataviados con ponchos y ropas multicolores, bromistas disfrazados de marcianos, comerciantes en busca de negocio, cuatrocientos policías y 244 periodistas llenan hoy las calles de Bugarach, el municipio francés llamado a salvarse del presunto "fin de era" maya.
Según uno de los responsables del despliegue policial, apenas 250 personas han acudido a la llamada que ha corrido durante todo el año por Internet para estar presentes el 21 de diciembre en esta localidad próxima a Perpiñán, presidida por un pico que evoca la película "Encuentros en la tercera fase".
La red apuntaba a más de 20.000 personas concentradas en Bugarach para obtener la salvación gracias a extraterrestres para algunos y a habitantes del interior de la Tierra para otros.
Por ello, la Prefectura de la Región del Aude ha establecido un dispositivo que restringe el acceso a este municipio y que impide en todos los casos ascender a la cumbre del pico.
Los poco más de 180 habitantes de Bugarach, junto a unos pocos bromistas de las localidades cercanas y a algún curioso, son los únicos que han sido testigos del despliegue de policías y periodistas.
Desde la Prefectura de Carcassonne, la responsable de facilitar las acreditaciones de prensa ha confirmado que, en total, 244 informadores han acudido a Bugarach procedentes de 55 países.
El misticismo, que era el eje de esta jornada del fin del mundo, se ha limitado a un puñado de locales que creen en un cambio de la espiritualidad que rige actualmente al mundo para entrar en una nueva era de positivismo y nuevas energías.
Una de estas personas, Sylvain Durif, ha explicado a EFE que la palabra "apocalipsis significa revelación" y que se trata de "una regeneración interior, no exterior" basada en "buscar a Dios dentro de cada uno".
"Se trata de una regeneración, ahora vamos a vivir todos en paz y armonía", ha indicado Durif, quien defiende la presencia en Bugarach de seres de otros planetas y también del interior de la Tierra.
Este ciudadano francés cita como ejemplos que demuestran esta existencia de otros seres las pirámides de egipto y las esculturas de la isla de Pascua.
Un colectivo algo más nutrido es el de los bromistas, envueltos algunos en papel de aluminio y otros con las caras pintadas de verde y muchas ganas de diversión.
El resto, comerciantes de bebidas, bocadillos, libros e, incluso, publicidad de letrinas de campaña por si alguien se interesa en adquirir o alquilar las que se han instalado en Bugarach, decoradas al estilo 'hippy'.
La gran masa de personas presente en Bugarach, en todo caso, era la que formaban los 244 periodistas, con furgonetas preparadas para enviar señal con imágenes a todo el mundo, y los cuatrocientos policías destinados a evitar alteraciones del orden público y del entorno natural.
De extraterrestres o intraterrestres ni rastro, para jolgorio de los bromistas, mientras los místicos se desviven en explicar que el cambio es de índole espiritual.