En el fondo esta es la escuela que desearía el Ministro de Incultura José Ignacio Werth, con el beneplácito de Sonseñor Rouco Varela, al que seguro el satisfaría y mucho. Y no sólo para los niños catalanes, sino para el resto. Esta escuela que en el caso de Catalunya y el catalán, añadiría que su nueva ley de educación se trata de pura represión franquista con clara voluntad de minimizar el uso de la lengua en Cataluña, una ley o proyecto que se ha sacado de la manga curiosamente tras las elecciones gallegas y catalanas. ¿Se puede ser más miserable y rastrero? supongo que si, la aversión de esta gente hacia Catalunya es tan grande que hace posible que alguien le supere, con el visto bueno de la FAES, claro.
Y es que la sombra de Aznar es alargada.