La chimenea por la que saldrá la "fumata blanca" que anunciará al mundo que la Iglesia Católica tiene nuevo Papa, fue colocada ayer en la Capilla Sixtina, lugar donde se desarrollará el cónclave del que saldrá el sucesor de Benedicto XVI. La chimenea, de casi dos metros de alta, fue colocada por personal técnico del Vaticano, que la unieron al tubo de cobre al que han sido conectadas las dos estufas que se utilizarán durante el cónclave, una para quemar las papeletas de las votaciones y otra una estufa auxiliar que permitirá, gracias a un mecanismo electrónico, incrementar la visibilidad de la fumata.

La noticia es actual, de ayer mismo, no de hace un siglo, porque parece mentira que con la de medios de transmisión instantánea de información de los que nos hemos dotado hace ya tiempo, este ente anacrónico que es La Iglesia de Roma, deba recurrir a una estufa y al humo para hacer saber la mala nueva de la llegada de un nuevo Papa. Como mínimo podrían subir encima de la capilla sixtina a un alguacil con la trompetilla entonando el 'se hace saber', sería un toque de modernidad.

No es que todo sea ridículo, es que como ellos es patético, ranciamente patético. ¡Ah! y de los Cardenales que hay en el cónclave, al menos que se sepa doce han resbalado sexualmente a una banda u otra, y el resto aún no han sido descubierto. ¡Chusma!