Yo no sé que carajo nos pasa como sociedad, que estamos como "amuermados" o que dentro del caos y el desorden priva más el sálvese quien pueda y los demás que se jodan, porque si no fuera por el 20% de economía sumergida y remiendos varios, más la solidaridad familiar, la situación sería realmente insostenible.
Sucede que quienes van bien, van bien, y los que no, se aguantan, pero nadie planta cara ni pone lo que hay que poner ante el abuso de un poder que ha perdido el norte, el sur del este y el oeste. Quizá porque en el fondo, sabemos que hagamos lo que hagamos no servirá de nada, que esto de la economía ya no depende del Gobierno del Estado y menos aún del de la región catalana como dicen los del ABC. Que se han visto reducidos uno y otro a meras gestorías, unas gestorías que nos cuestan muy caras, que no solucionan nada, y no sirven para nada. Y es que una Gestoría principal y diecisiete gestoriás más son un costo insostenible, digámoslo claramente.
Volviendo al tema de la falta de reacción, de la pasividad del personal ante los recortes que se están haciendo a funcionarios, trabajadores y pensionistas, supongo que la percepción de que no hay nada que hacer, que por más disturbios que hayan existido en Grecia o Chipre, la maquinaria estatal de ambos países no hará marcha atrás, entre otras cosas porque no puede, y no se si acabarán pagando el 6 o el 8% los ahorradores chipriotas que tengan más de 20.000 euros en el banco, pero diría que si, que de una manera u otra acabarán pagando.
En España además tenemos el tema de las preferentes (qué ironía) la burbuja de ladrillo y las veleidades de los aprendices de Banqueros que las estamos pagando los de siempre.
Y esto es tan viejo que no hace falta ni recordarlo. La diferencia radica en que Robin Hood robaba a los ricos para dárselo a los pobres y ahora la Troika y los gestores titiriteros roban a los pobres para dárselo a los ricos. O sea que eso de Robin Hood lo están aplicando al revés, y los siervos calladitos y resignados sin rechistar ni quemar nada. Ya lo decía la abuela de Cioran cuando éste entró en un velatorio en su casa: No hay nada que hacer señor, no hay nada que hacer, o como dicen en Madrid "agua y ajo", o sea "a aguantarse y a joderse ". ¡Hasta cuándo?
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