UNA SOCIEDAD ADORMECIDA

Si fuera filósofo supongo que militaría en la rama de los estoicos, más no lo soy y ni tan siquiera en este aspecto me puedo definir. Me sorprende a menudo que algunos componentes de esta sociedad nuestra reclamen para hacer valer sus derechos en sentirse menospreciados o ultrajados por la Administración o cualquier poder público o privado. Lo digo porque parece mentira tal y como estamos actualmente, con la crisis galopante que tenemos y lo que nos espera, el aumento disparado del paro, el autismo del Gobierno y el bandolerismo de Bancos y Cajas en general, más el expolio legal o alegal de eléctricas y gasistas entre otros, la ciudadanía como un rebaño de corderos (uno el primero) nos hayamos instalado en uno "dolce far niente" propio de una sociedad adormecida instalada en un pasotismo pasivo que es realmente preocupante. Esta abdicación formal por la lucha demuestra hasta qué punto hemos abdicado, nos hemos adocenado y nos da igual todo o eso parece. Aquí vamos encajando todos los golpes con una displicencia y una paciencia digna de Job que se ve tenía mucha de paciencia. Treinta años atrás por mucho menos se montaban grandes pollos y la gente se echaba a la calle a protestar, para exigir y normalmente conseguir preservar sus derechos como ciudadanos, y a veces por nimiedades como que simplemente subiera una miseria un billete de autobús o una peseta la gasolina. Pero actualmente todo esto aparentemente ni afecta ni moviliza y el auténtico expolio que esta perpetrando Fecsa ENDESA pase, pase y pase como aquel que nada, y ellos claro, encantados de la vida. No usamos el derecho a protestar, y en no hacerlo estamos dando patente de corso a quienes nos expolian de una u otra manera. Pero que se puede esperar de una sociedad egoísta y nihilista perdida en el vacío mental, y que encima tiene un Gobierno que por si mismo se incapaz de reclamar y exigir el que le atañe a él y de rechazo a sus ciudadanos. Tal para cual somos, y todos a tragar que el estómago es grande y el culo ancho.