Morirse voluntariamente (suicidarse) no es muy poético, salvo en el caso del restaurador Ramón Cabau que una mañana se arrodilló en la entrada del Mercado de la Boqueria, depositó un ramito de violetas en el suelo y se bebió una botellita de cianuro, mientras pedía perdón por las molestias que pudiera ocasionar a la gente del Mercado. Ramon Cabau había sido el propietario del restaurante l'Agut d'Avignon y decidió quitarse la vida. El Sr. Cabau lucía unos aristocráticos y decimonónicos bigotes y un canotier, y con esta puesta en escena se despidió de este mundo en el que no sabia vivir.
El suicidio como el sexo es tabú, no se habla de él, no existe. Sól hay que fijarse en el caso del ex portero del Barça Robert Enke, algunos medios no hablaban de suicidio sinó de accidente, que de hecho lo es un accidente pero no en el sentido que le quieren dar para no reconocer que una persona ha decidido quitarse la vida por propia voluntad.
Parecería que el índice más elevado de los suicidios debería ser en otoño o en invierno, pero en cambio, el ser humano que es ya una contradicción en sí mismo, es precisamente en Primavera, cuando todo brota de nuevo, cuando la naturaleza estalla en mil colores de la nueva savia de la vida y los animales de todo tipo y especie se aparean, es en este momento cuando el ser humano más decide quitarse la vida. Cioran que había hablado y teorizado mucho sobre el suicidio, murió de muerte natural en la cama a los 84 años, y en general los que hablan de suicidio no suelen llevar el acto final a cabo, a pesar que dicen algunos que quienes hablan de suicidarse terminan llevando el acto a cabo, concepto sobre el que tengo mis dudas, y lo digo por experiencia pròpia.
Quizás porque a pesar de todos los pesares, esto de vivir es mejor que la nada que les espera a quienes en un momento de ofuscación o reflexión optan por la solución definitiva. Un santiamén, y una cobardía hacia los que están en este valle de lágrimas como dice el tópico. Parece que actualmente se habla más abiertamente del suicidio, tema que no hace mucho era tabú. ¿Alguien podía creer que José Agustín Goytisolo que no había sacado nunca ni un plato de la mesa, estaba arreglando una persiana de su casa cuando fatalmente cayó al vacío?. Entiendo y reconozco que el acto del suicidio como el del aborto es una opción personal y válida, como en el caso de comienzos de año de aquel del hombre de Anglés, con setenta años, enfermo de cáncer y con una hija de 30 discapacitada. Pero aun así, siempre hay una esperanza de sobrevivir una temporada más antes de tomar esta decisión sin camino de retorno ni posibilidad de enmienda. Estoy seguro de que los suicidas - y así lo certificaba la doctora en el caso de algún superviviente que no había podido explicar - en el último instante se arrepienten, sólo que ya no están a tiempo.
Sería bueno que los Gobiernos los que tanto les gusta legislar sobre la vida pública y privada de los ciudadanos, como la Obra de teatro de Alejandro Casona "Prohibido suicidarse en Primavera", prohibieran a la gente suicidarse al menos en esta época del año. No serviría para nada, pero le daría un toque poético al drama de quitarse la vida, a menudo sin necesidad real de hacerlo. Con esto de la vida, pasa como con la democracia, que no siendo un sistema perfecto es el menos imperfecto de todos, y que de hecho, si somos honestos, a menudo sucede que un problema que nos había llegado a angustiarse y preocuparse, suele arreglarse solo, y que quitarse la vida si que no lo soluciona. En el fondo, aunque es un derecho que tenemos adquirido ya que al no consultarnos para traernos aquí podemos decidir cuándo y cómo irnos, pero no hay que ejercerlo, no soluciona el problema y es un acto de valiente cobardía.
El suicidio como el sexo es tabú, no se habla de él, no existe. Sól hay que fijarse en el caso del ex portero del Barça Robert Enke, algunos medios no hablaban de suicidio sinó de accidente, que de hecho lo es un accidente pero no en el sentido que le quieren dar para no reconocer que una persona ha decidido quitarse la vida por propia voluntad.
Parecería que el índice más elevado de los suicidios debería ser en otoño o en invierno, pero en cambio, el ser humano que es ya una contradicción en sí mismo, es precisamente en Primavera, cuando todo brota de nuevo, cuando la naturaleza estalla en mil colores de la nueva savia de la vida y los animales de todo tipo y especie se aparean, es en este momento cuando el ser humano más decide quitarse la vida. Cioran que había hablado y teorizado mucho sobre el suicidio, murió de muerte natural en la cama a los 84 años, y en general los que hablan de suicidio no suelen llevar el acto final a cabo, a pesar que dicen algunos que quienes hablan de suicidarse terminan llevando el acto a cabo, concepto sobre el que tengo mis dudas, y lo digo por experiencia pròpia.
Quizás porque a pesar de todos los pesares, esto de vivir es mejor que la nada que les espera a quienes en un momento de ofuscación o reflexión optan por la solución definitiva. Un santiamén, y una cobardía hacia los que están en este valle de lágrimas como dice el tópico. Parece que actualmente se habla más abiertamente del suicidio, tema que no hace mucho era tabú. ¿Alguien podía creer que José Agustín Goytisolo que no había sacado nunca ni un plato de la mesa, estaba arreglando una persiana de su casa cuando fatalmente cayó al vacío?. Entiendo y reconozco que el acto del suicidio como el del aborto es una opción personal y válida, como en el caso de comienzos de año de aquel del hombre de Anglés, con setenta años, enfermo de cáncer y con una hija de 30 discapacitada. Pero aun así, siempre hay una esperanza de sobrevivir una temporada más antes de tomar esta decisión sin camino de retorno ni posibilidad de enmienda. Estoy seguro de que los suicidas - y así lo certificaba la doctora en el caso de algún superviviente que no había podido explicar - en el último instante se arrepienten, sólo que ya no están a tiempo.
Sería bueno que los Gobiernos los que tanto les gusta legislar sobre la vida pública y privada de los ciudadanos, como la Obra de teatro de Alejandro Casona "Prohibido suicidarse en Primavera", prohibieran a la gente suicidarse al menos en esta época del año. No serviría para nada, pero le daría un toque poético al drama de quitarse la vida, a menudo sin necesidad real de hacerlo. Con esto de la vida, pasa como con la democracia, que no siendo un sistema perfecto es el menos imperfecto de todos, y que de hecho, si somos honestos, a menudo sucede que un problema que nos había llegado a angustiarse y preocuparse, suele arreglarse solo, y que quitarse la vida si que no lo soluciona. En el fondo, aunque es un derecho que tenemos adquirido ya que al no consultarnos para traernos aquí podemos decidir cuándo y cómo irnos, pero no hay que ejercerlo, no soluciona el problema y es un acto de valiente cobardía.
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