"La primera vez que Pelletier, Morini, Espinoza y Norton se vieron fue en un congreso de literatura alemana contemporánea celebrado en Bremen, en 1994. Antes, Pelletier y Morini se habían conocido durante las jornadas de literatura alemana celebradas en Leipzig en 1989, cuando la DDR estaba agonizando, y luego volvieron a verse en el simposio de literatura alemana celebrado en Mannheim en diciembre del mismo año (y que fue un desastre, con malos hoteles, mal comida y pésima organización).
En el encuentro de literatura alemana moderna, celebrada en Zurich en 1990, Pelletier y Morini coincidieron con Espinoza. Espinoza volvió a ver Pelletier en el balance de literatura europea del siglo XX celebrado en Maastricht en 1991 (Pelletier llevaba una ponencia titulada-Heine y Archimboldi: caminos convergentes, Espinoza llevaba una ponencia titulada-Ernst Jünger y Benno von Archimboldi: caminos divergentes) y se podría decir, con poco riesgo de equivocarse, que a partir de ese momento no sólo se leían mutuamente en las revistas especializadas sino que se hicieron amigos o que creció entre ellos algo similar a una relación de amistad .
En 1992, en la reunión de literatura alemana de Augsburgo, volvieron a coincidir Pelletier, Espinoza y Morini. Los tres presentaban trabajos archimboldianos. Durante unos meses se había hablado de que el propio Benno von Archimboldi pensaba acudir a esta magna reunión que congrega, además de los germanistas de siempre, a un nutrido grupo de escritores y poetas alemanes, pero a la hora de la verdad, dos días antes de la reunión, se recibió un telegrama de la editorial hamburguesa de Archimboldi excusando la presencia de éste. Por lo demás, la reunión fue un fracaso. A juicio de Pelletier lo único interesante fue una conferencia pronunciada por un viejo profesor berlinés sobre la obra de Arno Schmidt (he aquí un nombre propio alemán terminado en vocal) y poco más, juicio compartido por Espinoza y, en menor medida , por Morini.
El tiempo libre que les quedó, que fue mucho, el dedicaron a pasear por los, en opinión de Pelletier, pocos lugares interesantes de Augsburgo, ciudad que a Espinoza también le pareció poco interesante, y que a Morini sólo le pareció un poco interesante , pero poco interesante al fin y al cabo, empujando, ahora Espinoza, ahora Pelletier, la silla de ruedas del italiano, que en aquella ocasión no gozaba de muy buena salud, si más bien escasa, por lo que sus dos compañeros y colegas consideraron que un poco de aire fresco no le iría mal, sino todo lo contrario. "


Pensaba era hoy, pero es mañana que hace ya diez años que nos dejó Roberto Bolaño Ávalos, el ultimo escritor. 'No hablaré de Roberto Bolaño' escribe hoy en El Periódico Llucia Ramis que le conoció; no fue este mi caso, a pesar de buscarlo un verano en Blanes. Ambos hemos hablado de Bolaño a nuestra manera, tal vez porque no le hemos olvidado diez años después de su prematura muerte.