Entran impunemente, sin pedir permiso. Es igual que navegues con el Explorer, Google Chrome o Mozilla. Se resisten a ser desalojados y persisten un mínimo de diez segundos con su insolente presencia. Son mensajes publicitarios no deseados.

Pasa también en el móvil: un sábado que tenía problemas con la tele quise ver el partido del Barça por internet, y desde ese día cada tarde recibo 2 SMS desde el numero 79550, más los del 1004 y algún otro que se cuela impunemente.

Por otra parte, no se hasta que punto es legal esta intromisión en mi intimidad, entiendo que si entro en un diario digital me bombardeen de publicidad que no deseo ni me interesa, pero es un peaje a pagar por consultarlo, aunque ahora ya tienes que suscribir para poder leer los artículos de opinión, lo cual también me molesta - en el caso de el Peródico - pues aunque no soy suscriptor, lo compro todos los días desde hace 35 años - ya sé que ellos no lo saben - dejémoslo me una pataleta mía.

Otra tipo de molestia, la propaganda publicitaria que te dejaban en el buzón 'el correo comercial', o por debajo de la puerta, con la crisis, o por su ineficacia,  ha disminuido mucho, afortunadamente.