Por los alrededores de los años 80, se incorporó a la Empresa donde yo trabajaba un encargado nuevo, era muy válido y venía de Astorga, en León. Al segundo día me comentaba sorprendido, la cantidad de trabajadoras sordas que teníamos (había unas 200) y tuve que explicarle no sin sentir rubor ajeno, que no eran sordas, que el aparato que llevaban en la oreja era para escuchar la radio que llevaban en el bolsillo, el Transistor, ahora ya desaparecido.
Viene de viejo pues, la aceptación y comprensión de las nuevas tecnologías a la ciudadanía. A mí, no deja de sorprenderme ver a la gente yendo por la calle casi siempre sonriente mientras escriben con el móvil delante con las dos manos, y ya había pensando más de una vez que a ver si se harían daño, pués por la calle no puede uno distraerse.

Leía el otro día que en la ciudad estadounidense de Fort Lee, en Nueva Jersey, ha decidido aplicar una nueva norma mediante la cual aplicarán multas de 85 dólares (66 euros) a las personas que escriban mensajes en sus móviles mientras caminan, para evitar accidentes.

El envío de mensajes a través de móviles se ha disparado con la llegada de los servicios de correo y mensajería instantánea. Ver por la calle a una persona andando con la mirada en el dispositivo ya es algo habitual. Esta especie en aumento corre peligro en la ciudad, son el que sufren el síndrome Whatsapp. Este síndrome consiste en ir por la calle con el teléfono móvil delante (aproximadamente a unos diez quince centímetros por delante del cuerpo, y a la altura del pecho), con la vista bajada pendiente del teclado, escribiendo de forma compulsiva con las dos manos, - perdón - con los dedos de las dos manos y, sobre todo, sonriendo exteriormente, con el peligro que conlleva ir por la calle con la mirada baja (mirada de perdedor o de persona hundida anímicamente), pues tienen estos adictos el peligro de tropezar con alguien o con el mobiliario urbano con el consiguiente peligro para su integridad física.

Investigadores de la Universidad Stony Brook en Nueva York han demostrado que las personas que escriben al tiempo que caminan tienen un 60 por ciento más de posibilidades de desviar de su trayectoria. Esta desviación puede derivar en accidente, ya que no se observa los objetos o personas que hay en la trayectoria. Para evitar este tipo de problemas, ya han nacido iniciativas como la de Type and Walk, una aplicación que utiliza la realidad aumentada para mostrar a los usuarios en sus teléfonos lo que tienen delante mientras caminan y miran su 'smartphone o Iphone'. Todo ello muy moderno y que nos cuesta entender a quienes somos de otra generación, de la misma manera que en el anterior le costaba entender muchas de las costumbres que teníamos nosotros.