Hoy que se celebra el 50 aniversario del magnicidio de John Fitzgerald Kennedy, y todavía no se sabe quién lo mató, hay que recordar con ligeras variantes, una de las frases más celebradas atribuidas a él, quizá porque la pregunta era equivocada:
No te preguntes qué puede hacer tu país por ti; pregúntate qué puedes hacer tú por tu país.
Aunque mejor sería decir: no hagas nada por tu país, porque él tampoco hará nada por ti, aparte de joderte tanto como pueda.
Ya decía Fuster que no hay nada más intrìnsicamente perverso que el Estado.
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