La Marcha de la Dignidad del sábado acabó con disturbios en la plaza Colón de Madrid. Al menos 24 personas, tres de ellas menores, fueron detenidas acusadas de atentado y resistencia a la autoridad. Según el Samur, los incidentes también dejaron más de ochenta personas heridas, entre ellas una cincuentena de policías y una treintena de personas que participaban en la marcha. Cuatro de los policías heridos tuvieron que ser hospitalizados, dos con conmoción cerebral. La Marcha de la Dignidad reunió cientos de miles de personas, 2,5 millones según los organizadores. Se han manifestado en defensa de la dignidad del pueblo y contra las políticas de recortes de las administraciones.

Según fuentes policiales grupos de jóvenes lanzaron botellas, piedras y petardos contra los agentes que intentaban entrar en la plaza de Colón después de cerrar el paso con furgones policiales en la calle Génova, donde está situada la sede del PP. Algunos de los participantes montaron barricadas en los laterales del paseo de Recoletos con contenedores de basura y continuaron arrojando diferentes objetos a la policía para hacerlos retroceder. Los anti-disturbios respondieron disparando pelotas de goma.

Según ABC el vocero oficial del Gobierno, los manifestantes anti-sistema eran unos 30 mil, o sea que ya estamos en el baile de cifras, y entre 2,5 millones y treinta mil hay mucha diferencia. Resumiendo, la experiencia me dice que es siempre el 30% de la mayor y el 200 % de la menor, o sea los 2,5 quedan reducidos a 600 mil personas (que es mucha gente) y los 30 mil del ABC, pues esto a 600 mil.

Lo que es curioso, es que el Gobierno y su vocero ABC tachan de anti-sistema a los manifestantes, cuando sin darse cuenta, sin ser conscientes, los anti-sistema son ellos, y son peligrosos , tan peligrosos como Fernández Díaz, el ministro del interior, un auténtico anti-sistema, anti- inteligencia y anti-democrático, cuya afición favorita es mutilar inmigrantes en la valla de Melilla o dispararles balas de goma, mientras glorifica vírgenes.

Cuando pones a la zorra a cuidar las gallinas, pasan estas cosas. ¡Ah! la culpa de todo es de siete independentistas, menos mal que sólo dos eran catalanes.