Suzanne Heintz es directora de arte del Starz Entertainment Group en Englewood, Colorado. A pesar de lo que cualquier mortal pueda pensar, es decir que es una verdadera lunática, ella parece ser una persona bastante cuerda.
Cansada de escuchar las típicas preguntas como, “¿cuándo te vas a casar?”, Suzanne puso en marcha este proyecto para demostrar que la soledad no es tan mala como parece. “Si usted se va a casar, sólo tendrá que elegir a alguien”, le decía siempre su madre, a lo que ella le contestaba: “Mamá, no es como si pudiera salir y comprar una familia y hacer que suceda”.

Sin embargo se dio cuenta que sí podría hacerlo, y fue así como esta artista de vanguardia compró los maniquíes y los convirtió en su propia familia. Suzanne pasó veranos en distintas partes del mundo y conoció lugares increíbles, siempre acompañada por el apuesto Chauncey, su esposo de plástico, y su hija.

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Durante 14 años, esta mujer sacó fotografías de todos los momentos que pasó con los muñecos, y ahora las exhibe en internet. Además, se espera que este mes salga un documental sobre este trabajo llamado “Playing House”, que para verlo, realmente hay que estar loco.

No es ninguna idea nueva la de esta señora, recuerdo casos de casarse con una muñeca hinchable, o de convivir con una de ellas. Berlanga hizo una película 'Tamaño natural', donde Michel Piccoli, un día adquiere por capricho una muñeca hinchable que casi parece una mujer real. Así comienza a disfrutar de la sumisión y la docilidad que no puede encontrar en su esposa.

Sinceramente, en el caso de esta señora, pienso que el concepto soledad y familia lo tiene un poco desfasado o mal entendido. Dos maniquís (el marido y la hija) no dan o no deberían dar compañía, o al menos lo que se entiende por compañía de un marido e hija reales. Sin el contacto, el calor humano, la discrepancia o el compartir una vida juntos, mientras va creciendo (en este caso) la hija; los maniquís, no tienen ningún sentido y más bien al menos a mí, me producen temor.