UN MAL NEGOCIO


No nos engañemos, morirse es un mal negocio, una de las pocas ventajas es que una vez muerto, todos hablan bien de ti, veas sino el caso de Adolfo Suárez, tan denostado cuando gobernaba por derecha e izquierda y ahora todos le alaban incluso con creces. Es curioso también el ritual de la gente que visita la capilla ardiente, que por la cantidad, seguro que muchos de los que fueron ayer a dar el último adiós a Adolfo Suárez, seguro que también fueron a la Plaza de Oriente decir adiós a Franco, quizás para asegurarse de que estaba muerto, que también podría ser. Este es un ritual muy madrileño, todo hay que decirlo. 
Volviendo al hecho de morirse, no se trata sólo de morirse, morirse es ser olvidado, a la corta o a la larga olvidado y, recordado puntualmente, no en todos los casos, de vez en cuando.

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