El presidente ruso, Vladimir Putin, promulgó ayer lunes una ley que prohíbe el uso de palabras malsonantes en los medios de comunicación, piezas teatrales, películas, espectáculos, conciertos, libros y obras de arte. La ley, que entrará en vigor el 1 de junio, prevé multas en metálico de 40 a 50 euros para particulares, entre 80 y 90 euros para cargos públicos y de entre 800 y 1000 euros para personas jurídicas.
Según esta ley, expertos filólogos serán los encargados de determinar si las palabras o las expresiones empleadas en cada caso son motivo de sanción, según medios locales. A partir de ahora, pues, queda terminantemente prohibido el uso de palabras malsonantes en actos públicos, sean de carácter cultural, artístico o de entretenimiento.
En el caso de las películas en las que los diálogos contengan palabras groseras, la ley prohíbe la concesión de certificados para su exhibición en Rusia.
Este señor se supera a sí mismo, no me extraña que pidan para él el premio Nobel de la Paz, su ductilidad es sutil y refinada. Prohibir palabrotas puede ser un juego complejo, no se yo si se podrán decir palabras como: Cáspita, carajo y otras acepciones, sobre todo en el teatro, especímenes o literatura puede ser muy interesante la prohibición: el 'Malditos Bastardos' puede ser considerado suficientemente grave.
Seguro que al señor Vladmir Putin le deben gustar estas palabras de O'Brien en la novela 1984:
¡Ah! Y no se vale decir hijo de Putin, en primer lugar porque ya está muy visto, y en segundo porque la multa puede ser de 800 a 1000 euros.
Según esta ley, expertos filólogos serán los encargados de determinar si las palabras o las expresiones empleadas en cada caso son motivo de sanción, según medios locales. A partir de ahora, pues, queda terminantemente prohibido el uso de palabras malsonantes en actos públicos, sean de carácter cultural, artístico o de entretenimiento.
En el caso de las películas en las que los diálogos contengan palabras groseras, la ley prohíbe la concesión de certificados para su exhibición en Rusia.
Este señor se supera a sí mismo, no me extraña que pidan para él el premio Nobel de la Paz, su ductilidad es sutil y refinada. Prohibir palabrotas puede ser un juego complejo, no se yo si se podrán decir palabras como: Cáspita, carajo y otras acepciones, sobre todo en el teatro, especímenes o literatura puede ser muy interesante la prohibición: el 'Malditos Bastardos' puede ser considerado suficientemente grave.
Seguro que al señor Vladmir Putin le deben gustar estas palabras de O'Brien en la novela 1984:
LA GUERRA ES PAZ
LA LIBERTAD ES ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES FUERZA.
¡Ah! Y no se vale decir hijo de Putin, en primer lugar porque ya está muy visto, y en segundo porque la multa puede ser de 800 a 1000 euros.
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