La avalancha de innovaciones tecnológicas que surge día a día genera una igual producción de residuos, resultantes del constante recambio de equipos e insumos electrónicos a una velocidad cada vez mayor. Esta realidad por sí misma es alarmante, pero la agrava el hecho de que muchos de los... componentes utilizados en la fabricación de productos electrónicos son altamente tóxicos: sustancias que degradan el medio ambiente y en algunos casos son peligrosas para la salud de los seres vivos, incluido el hombre y sobre todo los niños.
Sólo por citar tres ejemplos: el cromo, usado para las cubiertas de metal, es cancerígeno; el cadmio, presente en la composición de baterías recargables, daña los huesos y los riñones; y el mercurio, infaltable para producir iluminación en monitores, es nocivo para el sistema nervioso y el cerebro.
Y ¿cuánta basura electrónica se produce en el mundo? El número es de no creer: de 40 a 50 millones de toneladas al año, y la tendencia es que el problema se agrave hasta proporciones incalculables. Pero para un panorama ya casi sin alternativas, todavía quedan algunas esperanzas muy lejanas. Pese a que cuando se compra cualquier electrodoméstico o widget electrónico en el precio hay un recargo para el reciclaje, éste raramente se produce, es más, hay tiendas o centros comerciales como CARREFOUR y algún otro, que a pesar de tener la obligación de hacerlo no aceptan el aparato viejo, y los que se recogen, raramente se reciclan. De hecho, dan paso a un negocio de chatarra de segunda mano que va a parar a países africanos como Ghana (Accra -en las fotos -). Los europeos pagamos este impuesto al adquirir nuevos utensilios por valor de unos 4.000 millones de euros al año, todo ello para nada.
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Oireis decir que hay medidas para controlar este desorden. que hay gente concienciada, pero la realidad es que se recicla muy poca basura electrónica hay un mercado negro que es casi el 90 por ciento de estos residuos que van a parar a Àfrica, México o la China. Como siempre hay unas leyes, unas medidas dictadas que no se cumplen, por que ya sabemos que lo importante es legislar no llevar a cabo lo que se ha legislado. Y asi nos va.
En la contra de la Vanguardia de hoy, habla de ello Cosima Dannoritzer.
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