Si no fuera porque no es posible, parecería que tenemos soberanistas infiltrados en el Estado impulsando acciones para generar independentistas cada dos por tres. Quién sino a un infiltrado, se le podía ocurrir prohibir la presentación de Victus de sánchez Piñol en Utrecht, ¡y a una una semana del 11 de septiembre!.
No creo que haya infiltrados en la embajada española en Holanda o el Instituto Cervantes, simplemente hay exceso de celo y mucha ignorancia de pandereta.
Censurar la cultura es grave, aunque sea a Sánchez Piñol, y merece ser condenado porque demuestra el bajo perfil del personal que así actúa, pero es que hacerlo por motivos políticos es aún más grave, y prohibir la presentación de un libro en el extranjero, es de una torpeza que les va en contra, y provoca reacciones contrarias a la perseguida de la otra parte.
Sin ir más lejos esta mañana ha habido el incidente - menor - de la Guardia Civil con los Miquelets, y es que es como una gota malaya. No son decisiones ni intervenciondes aisladas ni casuales, seguro que se podría encontrar un paralelismo militar, - iba a decir de inteligencia militar, pero tampoco hay que sobrevalorar el contrario - De hecho, medidas estúpidas como prohibir la presentación de Victus reaniman la moral de los agraviados más que bajarla, y suma nuevos adeptos a la causa. Y es que al paso que vamos y si siguen actuando de esta manera tan burda, acabaremos siendo todos independentistas, incluso la guardia civil que apatrulla por aquí, o Alicia Sanchez Camacho.
Con este tipo de personal lo que no se puede hacer, es perder el tiempo, - nos separa un siglo y se nota -, a menos que interese marear la perdiz como le ocurre a Artur, pués, si éste (Artur Más i Gavarró), realmente quisiera la independencia, ya hace tiempo que habría tirado por el camino del medio. Más, Mas no lo hará, no fuera que le saliera bien, ¿y entonces que?
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