Las utopías de ayer, son la realidad de hoy, y el desencanto de mañana, esto es así, es el problema que las utopías dejen de serlo, al pasar a la cotidianidad se vulgarizan, dejan de tener interés y por lo tanto nos hacen caer en un desencanto. Las mejores utopías son las que no pasan de eso, de ser utopías. Eso es lo que teme que suceda con su utopía el President de la Generalitat, el señor Artur Mas.
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