Parece ya definitivo que el día 9 de Noviembre no se hará la consulta, al menos la oficial. Por tanto, parece también que el Presidente de la Generalitat tendrá a bien convocar elecciones plebiscitarias pronto. O sea que de facto estamos ya en pre-campaña, si no estamos de manera permanente.
La pregunta que me hago es si hay que estar en esta pre-campaña permanente y luego cuando toca por ley, hacer campaña durante tres semanas, cuando la mayoría de los votantes ya tiene el voto decidido y más en estas próximas que serán especiales. Toda esta inútil parafernalia, es de un enorme coste personal para los candidatos y también económico, para ellos y sus respectivos partidos, que al no tener resuelto el problema de la financiación caen a menudo en asuntos como el Pp con Gürtel, o antes los del PSOE con Filesa, o CiU con el juego y otras derivadas presidenciales, o cualquier otro partido. Todos se financian ilegalmente y el que afirme lo contrario mientras hipócrita se rasga las vestiduras hacia los demás, es un mentiroso.
Es cierto que con el paso del tiempo y los problemas económicos de los partidos, el coste de las campañas se ha ido reduciendo y cada vez más se centra la tarea en el mundo audiovisual. Hay que ver como en la tele todos siguen la misma estrategia, el líder delante y detrás, la militancia ilusionada en el proyecto, que van asintiendo con la cabeza en complicidad con las palabras del líder.
Lo que quería venir a decir con todo esto, es que tal vez sería llegada la hora en que como en un cuento de Isaac Asimov, deberían eliminarse de raíz las campañas electorales, al fin y al cabo la mayoría de ciudadanos ya sabe a quién votará, como decía antes, sobre todo en estas próximas elecciones, y, a los indecisos, esta horquilla del 5% que dicen los que entienden los que se hacen las campañas, no justifican todo el gasto de unos, ni la paliza mediática que tenemos que soportar los demás.
Que se aclaren los indecisos y si no que no les dejen votar, por indecisos, o, volviendo al cuento de Isaac Asimov, informándose de los programas de todos los partidos, que vote un sólo ciudadano en nombre de todos y que sea lo que deba ser. Al fin y al cabo estaremos igual de bien o mal según sople el viento económico, mande quien mande. Ni Mas ni Rajoy pintan gran cosa, y aún pueden decidir menos, sólo forman parte del atrezzo, de la puesta en escena de un Estado indefenso y caótico ante eso que llaman los mercados.
Ya entiendo que esto que propongo no es posible - sólo es un cuento - pero si que se podrían ahorrar (con la que está cayendo) el coste onerosamente inútil de la campaña electoral, creo que seríamos bastantes quienes lo agradeceríamos.
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