LA CONSULTA VARADA

Dicen los del Gobierno de aquí, que lo que está pasando con el proceso soberanista no es un tema jurídico sino político, y esta afirmación la repiten una y otra vez, como si no lo supieran de antemano y ahora los hubiera sorprendido. Y es que nuestro Gobierno se contradice, por un lado instan al TC para que decida y por el otro se quejan de la decisión, cuando el TC hace lo único que puede hacer, que es seguir punto por punto los pasos que la propia ley le marca. Estos comités y comisiones creados a posteriori de la decisión del TC de suspender la Consulta, son agua de borrajas y el Gobierno lo sabe, lo que no entiendo es el porqué lo ha hecho, quizás no estén tan bien asesorados como dicen.

La sensación es que pensaban que si durante estos últimos dos años llevaban a cabo una tarea de intoxicación y adoctrinamiento mediático sistemática y machacona como han hecho, acompañado de tres grandes movilizaciones de personal, ya tenían la razón que da la fuerza de la gente, la que dicen que es quien manda en Cataluña, el pueblo que vota. Y esto no es cierto. Y ahora están en un callejón sin salida, unos que quieren aplazar la Consulta y otros que la quieren hacer si o si el 9-N. Unos y otros chocan pero con el Derecho, les guste o no, un derecho que deben acatar y que dice que el día 9 de Noviembre no se puede celebrar la Consulta. El resto sólo es marear la perdiz y engañar a los ciudadanos.
Artur Mas se ha empeñado en intentar negar la evidencia, la realidad que no le gusta, y como en "la sirena varada" de Alejandro Casona, un personaje que en la televisión interpretaba Paco Morán, siempre con ua venda en los ojos proclamando su ceguera por rehuir la realidad y escondiéndose bajo esta falsa ceguera justificar su carencia para afrontar la dura realidad. Y no puedes simular una falta que no existe, tarde o temprano tienes que abrir los ojos y enfrentarte a la realidad por dura y compleja que sea, pues de no ser así si continúas haciéndote el ciego, lo que te puede pasar es que puedes acabar dándote un buen batacazo.