El viernes al Ford Fiesta se le encendía una luz amarilla en forma de coche, que significa avería de motor, no grave pero que hay que diagnosticar. El sábado por la mañana fui al concesionario y como es de manual, la luz ya no se encendía, ni se encendía domingo, ni esta mañana, cuando por pura precaución he ido a la Ford. Lo he tenido que dejar para pasar el test de la máquina, y a las cuatro de la tarde ya lo tenía, se trataba de las bujías y de 98,08€ que me ha costado la broma.
Antes, esta reparación no me habría costado ni cinco, o poco dinero, yo mismo me habría cambiado las bujías, yo, o algún manitas conocido. Y es que antes se aprovechaba todo. A mí los reyes me habían llevado la misma bicicleta tres años seguidos, mi padre más o menos la repintaba la noche anterior, y el niño ya tenía regalo de reyes. El niño que llevaba los pantalones remendados, y no porque necesariamente hiciera falta, no costaban tanto dinero tampoco, pero era la manera de ser, de comportarse, como los zapatos, de suela de crepé que se partía pero como no se gastaban los tenías que seguir llevando, y no pasaba nada. Lo que era importante era la mentalización de que todo tenía que aprovecharse o reciclarse como hacen todavía y muy forzados por las circunstancias en Cuba o en Marruecos o en cualquier país con más carencias que nosotros.
Aqui, como nuevos ricos venidos a menos sin haber llegado a más, no aprovechamos ni reciclamos nada, no reparamos nada, si algo no va se tira y se compra otro, el "manitas" ha desaparecido o se ha ido a otros lugares, nadie sabe arreglar nada, y no preguntes ante una avería a nadie, como ocurre con el coche, la máquina debe dictaminar que tiene, y es que los coches como ocurre con las motos, desde que no hacen la perla con sus bujías ya no son lo que eran. De hecho nada es lo que era, hemos pasado de la nada al cero absoluto, a la falsa abundancia de nuevos ricos endeudados y hipotecados y desconcertados, de la ignorancia sabida al desconocimiento absoluto.
Estamos ante la primera generación totalmente indigente mental de la historia y seguirán más, el camino hacia la banalización absoluta está ya marcado. Quizá sea mejor así, no pensar, no hacer nada, no preocuparse por nada y malvivir entre los restos de una dañada inteligencia. Nos lo avisó Huxley, ya estamos de lleno en el mundo feliz. Sólo nos falta el soma, ¿o quizás no?, se llama TV, o WhatsApp.
Antes, esta reparación no me habría costado ni cinco, o poco dinero, yo mismo me habría cambiado las bujías, yo, o algún manitas conocido. Y es que antes se aprovechaba todo. A mí los reyes me habían llevado la misma bicicleta tres años seguidos, mi padre más o menos la repintaba la noche anterior, y el niño ya tenía regalo de reyes. El niño que llevaba los pantalones remendados, y no porque necesariamente hiciera falta, no costaban tanto dinero tampoco, pero era la manera de ser, de comportarse, como los zapatos, de suela de crepé que se partía pero como no se gastaban los tenías que seguir llevando, y no pasaba nada. Lo que era importante era la mentalización de que todo tenía que aprovecharse o reciclarse como hacen todavía y muy forzados por las circunstancias en Cuba o en Marruecos o en cualquier país con más carencias que nosotros.
Aqui, como nuevos ricos venidos a menos sin haber llegado a más, no aprovechamos ni reciclamos nada, no reparamos nada, si algo no va se tira y se compra otro, el "manitas" ha desaparecido o se ha ido a otros lugares, nadie sabe arreglar nada, y no preguntes ante una avería a nadie, como ocurre con el coche, la máquina debe dictaminar que tiene, y es que los coches como ocurre con las motos, desde que no hacen la perla con sus bujías ya no son lo que eran. De hecho nada es lo que era, hemos pasado de la nada al cero absoluto, a la falsa abundancia de nuevos ricos endeudados y hipotecados y desconcertados, de la ignorancia sabida al desconocimiento absoluto.
Estamos ante la primera generación totalmente indigente mental de la historia y seguirán más, el camino hacia la banalización absoluta está ya marcado. Quizá sea mejor así, no pensar, no hacer nada, no preocuparse por nada y malvivir entre los restos de una dañada inteligencia. Nos lo avisó Huxley, ya estamos de lleno en el mundo feliz. Sólo nos falta el soma, ¿o quizás no?, se llama TV, o WhatsApp.
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