EN EL NOMBRE DE LOS PADRES


La Audiencia Nacional ha dado 10 días de plazo a los ocho condenados por el asedio del Parlamento del 15 de junio de 2011 para que ingresen en prisión de manera voluntaria, según confirmaron fuentes de la defensa. El Tribunal Supremo les impuso una pena de tres años de prisión por un delito contra las altas instituciones del Estado por haber participado en los actos de acoso de los diputados. En el auto se les advierte que si hacen caso omiso a este requerimiento, el tribunal ordenará el encarcelamiento.

Puedo entender que se tratara de una acción inapropiada, aunque es difícil medir el derecho a la libertad de expresión y manifestación y hasta donde pueden llegar, la condena a tres años de prisión parece desmesurada como ya comenté hace un tiempo, pués por los hechos por los que se les ha condenado que se sepa no hubo agresiones físicas, ni heridos, salvo la gabardina de la Tura.
Ha habido mucha celeridad e interés por parte de la Justicia de aprisionar estos jóvenes, mientras Millet, Montull y otros mangantes campan por la calle tranquilamente, habiendo cometido delitos mucho más graves y más antiguos.


Tres años de prisión, es parar en seco la vida de un persona, con la dificultad posterior de recuperar o conseguir trabajo en salir, ya que en sus antecedentes constará la condena y que han estado en la cárcel. En el nombre de los padres de estos jóvenes quiero manifestar que esta condena me parece una desmesura que no se entiende, si no es como una manera reaccionaría de querer asustar al personal para que no ose molestar mientras expresa su opinión a los señores parlamentarios y parlamentarias. Todo ello, muy vergonzoso y muy poco democrático. Seguimos retrocediendo en la conservación de nuestros derechos y libertades como ciudadanos.

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