Leía el otro día en el periódico que la señora Barbara Beskind realizó su sueño al conseguir trabajar como diseñadora en una empresa importante en Silicon Valley después de haber cumplido 90 años. Beskind confesó en una entrevista cuál es una de sus cualidades que destacan por encima de las otras, en el universo californiano dominado por la juventud: es capaz de mantener la concentración durante horas gracias a que tiene un teléfono móvil que sólo sirve para hacer llamadas.
Puede parecer una boutade pero no lo es, yo tomé en su dia esta misma decisión y tenía mi Samsung que no hacía ni fotos. El otro día recibí un SMS en el que decían los de movistar que me regalaban gratis un Smartphone, me parece que se llama Lumia, y es de la casa Microsoft, y fui a recogerlo, tiene muchas funciones, puedes deslizar la pantalla con el dedo, hacer fotos, mirar el tiempo, tiene Whatsupp y muchas más aplicaciones, y como el inteligente no es el móvil sino el que lo tiene y lo usa, hago prácticamente lo mismo con este nuevo que con el Samsung antiguo, llamar y recibir llamadas - pocas - Y el whatsupp?, os preguntaréis, lo justo, con el de la familia que montaron las niñas, mis hermanos y un par de amigos. La ùnica diferencia, es que a este no le dura tanto la batería y cada tres o cuatro días la tengo que cargar, mientras la otra la tenía que cargar cada quince.
Entiendo que hay gente que vive innecesariamente pendiente del móvil las 24 horas, aunque la mayoría no sean médicos de guardia, ni tengan ningún trabajo que obligue a prestar atención constante al trasto. Entiendo que es importante estar localizable para la llamada de un amigo o algún familiar con problemas puntuales, pero los homínidos nos hemos movido sin esta accesibilidad varios siglos, y de hecho lo son - y digo son, pues no es mi caso - son esclavos de mensajes banales, naderías, chistes frikis y vídeos supuestamente divertidos, con la excepción, claro está, de la señora Beskind y los que tenemos la capacidad de generar espacios de libertad en nuestro día a día, sabedores de que lo que es importante se comunica hablando bis a bis, y el resto nos lo podemos casi siempre, ahorrar. Ah! y que hagan el favor de dejar de deambular como zombies por la calle tecleando compulsivamente y sonriendo como idiotas.
Hace más de veinte años que me compré el primer móvil, mejor dicho, me lo regalaron las niñas que lo compraron en Andorra, el PHILIPS, que todavía lo conservo, pesa 750 gramos, y desde el primer momento tuve muy claro que su función era llamar y recibir llamadas, o del trabajo o importantes, y siempre que no excedieran de los dos minutos de duración, tiempo más que suficiente para explicar lo que sea.
Dice mi hermano pequeño, que trabaja en un Banco que acabaremos haciéndolo todo a través del móvil, pagar lo que sea, cuando vamos a comprar etc. Me niego, me rebelo, eso sería peor que ....., sería una dictadura, un absoluto atentado contra la libertad, lo que sucede, es que el poder, este asqueroso poder de burócratas repantigados en su sillón en Bruselas y alrededores nos aboca hacia aquí, leía también el otro día que en Francia no se podrán realizar pagos en efectivo superiores a 1.000 euros, y dicen - la madre que los parió - que es para evitar el fraude fiscal.
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