Quizás sería llegado el momento de pensar seriamente en suprimir las pre-campañas y las campañas políticas de cara a las elecciones de cada cuatro años, que de hecho tampoco son cada cuatro años, sino cuando a MAS, perdón, más conviene. Esto, o cambiar los responsables ideológicos de las mismas por reiterativos. Ya decía el profesor Tierno Galván, que las promesas electorales estaban hechas para no ser llevadas a cabo, pues de hacerlo, ganase quien ganase las elecciones viviríamos en el mejor de los mundos posibles.
En un cuento de Isaac Assimov dentro de "Yo Robot" en un futuro indeterminado, se habían suprimido las campañas electorales. Una sola persona en los Estados Unidos, un solo ciudadano escogido era quien con la información pertinente de los programas electorales de los candidatos de cada partido, decidía quién debía gobernar. No recuerdo ahora cómo acababa el cuento, pero quiero quedarme con esta idea. Sería práctico, económico y posiblemente la decisión mucho más justa que ahora. Por cierto que podríamos continuar en esta misma línea en el Parlamento de Catalunya, hay disciplina férrea de voto para cada partido, y con el que fueran los primeros espadas ya bastaría y el resto a trabajar en la privada o a buscarse la vida, que hay demasiados que sólo viven y han vivido desde el principio de la política.
Y es que antes de la campaña, como estamos en una pre-campaña permanente, comienzan las ofertas del Carrusel del Furo: Ingreso mínimo vital, la oferta estrella del PSOE, 2000 millones para la agencia social el PP para no quedarse atrás y como decía aún no ha comenzado la campaña fuerte de ofertas, que si la chochona, y dos huevos duros, y os haremos un puente, y también el río, y yo más, y yo más que lo que más. Bienvenidos al carrusel del furo, dos boletos por un duro.
En un cuento de Isaac Assimov dentro de "Yo Robot" en un futuro indeterminado, se habían suprimido las campañas electorales. Una sola persona en los Estados Unidos, un solo ciudadano escogido era quien con la información pertinente de los programas electorales de los candidatos de cada partido, decidía quién debía gobernar. No recuerdo ahora cómo acababa el cuento, pero quiero quedarme con esta idea. Sería práctico, económico y posiblemente la decisión mucho más justa que ahora. Por cierto que podríamos continuar en esta misma línea en el Parlamento de Catalunya, hay disciplina férrea de voto para cada partido, y con el que fueran los primeros espadas ya bastaría y el resto a trabajar en la privada o a buscarse la vida, que hay demasiados que sólo viven y han vivido desde el principio de la política.
Y es que antes de la campaña, como estamos en una pre-campaña permanente, comienzan las ofertas del Carrusel del Furo: Ingreso mínimo vital, la oferta estrella del PSOE, 2000 millones para la agencia social el PP para no quedarse atrás y como decía aún no ha comenzado la campaña fuerte de ofertas, que si la chochona, y dos huevos duros, y os haremos un puente, y también el río, y yo más, y yo más que lo que más. Bienvenidos al carrusel del furo, dos boletos por un duro.
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