Alrededor de un millar de personas han clamado este domingo en Madrid por el final de la "impunidad franquista", y han reclamado el reconocimiento jurídico de las víctimas, la anulación de la ley de Amnistía de 1977 y la apertura de una investigación de los crímenes de la dictadura. Más de 70 colectivos y asociaciones de víctimas del franquismo han participado en la marcha en que se ha exigido "verdad, justicia y reparación" porque, según han destacado, "los crímenes del franquismo no prescriben".

Bajo el lema "Basta de impunidad franquista", los manifestantes han coreado gritos como "Fosas cerradas, heridas abiertas", mientras portaban fotos de sus familiares desaparecidos. Al acto han asistido, entre otros, el concejal de Ahora Madrid en el ayuntamiento de la capital, Mauricio Valiente, o el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, que ha señalado que "no habrá democracia plena y democracia con dignidad mientras no recuperemos la memoria de las víctimas del franquismo ". "Ya sabemos que la memoria no lleva pan, pero sí sabemos que lleva dignidad", agregó el diputado, que ha expresado el deseo de que en la próxima legislatura surja "una correlación de fuerzas de izquierda" que juntas salgan adelante una ley de memoria histórica.

Demasiado fascista y criminal de guerra y también de paz anda suelto por la calle, como el Muñecas, Martin Villa, o Billy el niño entre otros, y no puede ser que cuarenta años después de la muerte del dictador estos invididuus vayan todavía sueltos por la calle con total impunidad y disfrutando de una dorada jubilación, mientras su Gobierno que no de los españoles, no autoriza su extradición a Argentina para ser juzgados por sus crímenes.  

Estas cosas sólo pasan en un estado pseudodemocrático como España, la vieja, rancia y resentida España, la que desprecia cuanto ignora, la que mantiene a Otegi injustamente en prisión, y es que en el fondo, los que nos mandan son hijos o nietos de estos criminales de guerra, de estos fascistas o filo fascistas del dicho franquismo sociológico, que cuarenta años después de la muerte del dictador todavía está todo atado y bien atado.