DESCONCIERTO


La sensación es de un enorme desconcierto, la nueva y la vieja política chocan entre sí, aunque me atrevería a afirmar que la nueva nace vieja, y la banca, y los poderes fácticos, todos juntos van a la deriva, perdidos en una carretera secundaria de la que no saben salir. Mientras, la Europa insolidaria que atraca a ley armada a los migrantes ya no representa ningún valor ético ni moral, desconcertada también, sobrepasada por los acontecimientos, la sensación - como decía - es de desconcierto, aparte de que parece que ha de producirse un profundo cambio a todos los niveles, lo que no sé es cuándo ni hacia que dirección.
Recomendaba el otro día la película 'hijos de los hombres' del director de cine mexicano Alfonso Cuarón. La película es brutal, Cuaron consigue crear un cuadro desolador de nosotros mismos con un impresionante trazo hiperrealista, consigue atraparte y ponerte los pelos de punta con una desoladora e impecable ambientación de corte realista de un futuro no muy lejano que sobrecoge por su crudeza. Cuarón se mueve a la perfección por el barro que somos como especie y que retrata de forma magistral. Y cuidado, porque la película, del 2006 (antes de la crisis, de las crisis) toca un tema real y actual como es el de los refugiados, y lo hace en una dimensión que aún no se ha dado, pero que todo apunta a que llegaremos a este punto de obscenidad que refleja el director mexicano en la película como se puede ver en la foto, y diría que no tardaremos demasiado, o quizás en Dinamarca ya están llegando a él, sólo falta dar el siguiente paso y me temo que los Estados europeos no a muy tardar lo darán. El balneario europeo se hunde como el Titanic y sus músicos siguen, inútilmente, tocando ni siquiera saben qué melodía.

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