De la misma manera que se puede ser un intelectual y a la vez ser un cursi, véase Eduard Punset, se puede ser un intelectual y un maleducado o borde directamente. Dos de estos intelectuales, o quizás no tan intelectuales a la vista de su proceder, Mario Vargas Llosa y Félix de Azúa ocuparon un espacio destacado en lo que llamamos 'la actualidad'. Parece que todavía hay un espacio para intelectuales en la vida pública española o, al menos para algún tipo o grupo de intelectuales pues, siendo ambos muy distintos comparten algunos atributos y rasgos ideológicos. Uno, puede que el más determinante aunque no sea evidente, es el hecho de ser varones, somos frágiles, envejecemos mal y el patetismo es un rasgo de una íntima conciencia de fracaso. La ranciedad, ¡ay!, es casi inevitable, qué le vamos a hacer.

Lo que sí resalta es que ambos sean miembros de la RAE y plumas de El País y todos sabemos que esto último es determinante, explica Suso de Toro a el diario.es.  A pesar de su pérdida de crédito 'El País' que nunca más volverá ser lo que era, conserva el respeto entre miembros de las generaciones mayores de sesenta años, 'quien tuvo, retuvo'. Y el ser ambos académicos no es coincidencia tampoco, afecta a su naturaleza ideológica. Pero lo interesante es ver como tanta gente acepta que ser miembro de una academia es un mérito científico, cultural o cívico, eso les da pie a reprobar la conducta de De Azúa.

Ser académico implicaría, según ese modo de pensar, tener una conducta ejemplar y no ser reaccionario. Creo lo contrario, que es más natural el pensamiento libre y el carácter democrático fuera de academias. Como tengo amigos, amigas y hasta familiares en tales entidades no digo que lo haga imposible, pero lo dificulta. Ser una persona completamente maleducada, clasista y machista está al alcance de cualquiera, el amargor de estómago lo dan los años, y eso no depende de tener estudios, títulos y oposiciones.

No hay duda de que en la sociedad española está muy asentada la cultura burocrática y dirigista de la dinastía borbónica importada por Felipe V, por ello conservan el prestigio instituciones que funcionan por cooptación, precisamente para que continúe lo establecido. Son clubs de caballeros, que haya dentro pocas damas está en su naturaleza. Imaginar una cultura sin comisarios, con debates libres y lugar para la disidencia es poco imaginable en España.

Las declaraciones clasistas y machistas del señor De Azúa sobre la alcaldesa de Barcelona, señora Ada Colau, son un ejemplo de chulería y matonismo que solo se explica por un envanecimiento que tiene un origen último en la clase social. La burguesía más poderosa en España claramente es esa chusma parasitaria que se sienta en el palco del Bernabeu, pero la burguesía más escanciada y obsequiosa consigo misma fue tradicionalmente la barcelonesa, cuando en Madrid aplaudían 'La Revoltosa' en el Palau se sentaban solemnes observados por las máscaras de Beethoven y Wagner. El clasismo de De Azúa solo mostró lo que fue y aún es la relación entre los señores de la casa y la portera, el desprecio hacia otro ser humano.

Lo que ocurre es que los tiempos han cambiado y tener carrera universitaria y cátedra por oposición hoy día ya no es lo que era en tiempos de nuestros padres y resulta que a la Ada no le da la gana de venderle pescado al Félix. Tendrá que buscarse la merluza en otra parte. De poco le ha servido a de Azúa su carrera universitaria si no es capaz de quitarse de encima la rancia capa de caspa que le envuelve, una carrera universitaria (filosofía) con muy buenas notas de la Sra. Colau, que no pudo acabar por falta de medios económicos.

Uno, que no tiene estudios universitarios, no es académico de la RAE ni alcalde, simplifica el tema: El Sr.Félix de Azúa és un pobre hombre. un misógino chulo de barrio de mierda. De hecho en la RAE, este cementerio de elefantes rancios, hay unos cuantos de estos especímenes, afortunadamente (espero) en vias de extinción. Estamos en el siglo XXI señores....., no el XIX donde se quedaron anclados ustedes, de manera que en la RAE más que intelectuales parece que deambulen  semovientes.