Francamente, me hubiera gustado mucho más que hubiera sido primavera y que la primera fuese aquella muñeca rubia, delgada y pecosa que cada tarde subía conmigo en el tranvía cuando el día se dormía, decía Serrat. Pero eso de follar se hace cómo y cuándo se puede a veces y no en las mejores condiciones, como el caso de la pareja del metro en la estación del Liceo a las doce de la noche, y que tanto revuelo ha levantado.
Parece que iban bebidos, al menos la chica; ay, quien no ha tenido una noche loca, a veces con consecuencias posteriores inesperadas o no deseadas, que también podría ser.
Pero chicos, la gente se ha molestado, y todo por qué una pareja practicaba algo tan bello como el arte de fornicar, cardar, follar, copular, que normalmente la gente seria lo hace a escondidas. No digo hacer el amor, aun no soy gilipuà.
Ya entiendo que no hay que hacerlo en una estación del metro a la vista de todos, pero tampoco es para armar tanto ruido, pero chico, parece que volvemos a la moral victoriana, de manera que ya ni los perros se atreven a copular por la calle.
¡Ah!, y que nadie se engañe, la noticia la publiqué en Collonades, y mientras que cualquier noticia que cuelgue no pasa de las 20/30 visitas, éstava  ya por las 400 y eso que delante de 'sexo de madrugada en el metro' puse un 'marededéu' para qué no llamara tanto la atención.
Mucha hipocresía es lo que hay, como el otro día que una chica daba el pecho a su bebé en el autobús y alguien la censuró, debo decir que salió bien escaldado por todos los demás, las cosas como son.
¡Follad, follad! Compañeros que de eso va la vida, y no hagáis caso de los que hacen el amor, seguramente ven los toros a las 6 de la tarde de un sábado en TVE, y no se quejan, o posiblemente, follan poco y mal. De hecho, de toda esta historia lo que más me preocupa es la persona que grabó la escena con el móvil, primero por qué lo hizo en vertical y segundo por el hecho de hacerlo, no la querría por vecina.