Combinadas, la lectura extensa y la buena memoria pueden proporcionarnos, de vez en cuando, el consuelo de comprobar que un gran escritor ha plagiado a un escritor mediocre. Consuelo doble, si bien se mira. Por un lado nuestro resentimiento por no ser 'grandes' queda vengado y satisfecho al descubrir la pifia o la debilidad del genio. Por otro, empezamos a sustentar la esperanza de que, algún día, un genio cualquiera se dignará plagiarnos a nosotros. 
Se ha dado el caso de algún gran escritor que se ha plagiado a sí mismo, Camilo José Cela, sin ir más lejos. De hecho cualquier escritor grande, bueno, regular o malo se copia y repite constantemente, pero Fuster tiene razón, sólo nos queda a los mediocres, la esperanza de ser plagiados.

Aquí encontrareis los plagios más conocidos.