A menudo habréis oído decir a los dirigentes de un país: No se ha de intervenir en los asuntos internos de otro país, por ejemplo, se decía y dice aún en el caso de Chechenia o alguna otra de las guerras internas olvidadas, como los ahogados en el Mediterráneo, que se siguen ahogando día si día también, pero por reiteración ya no son noticia y eso ya no toca, y Aylan es un recuerdo difundido en el tiempo de nuestra vergüenza colectiva. Bofill i Mates, en 'La otra concordia' lo definía así: No intervenir en los asuntos internos de otro país, es darse recíprocamente carta blanca para que oprima, cada soberanía, a sus súbditos.