"Cumplamos la tarea de vivir de tal modo que cuando muramos, incluso el de la funeraria lo sienta", dicen que dejó escrito Mark Twain. Curioso comentario que demuestra el localismo en que se vivía antes, a día de hoy, el de la funeraria no conoce a nadie, se limita asépticamente a cumplir con los trámites reglamentarios con la misma frialdad aséptica del propio edificio del tanatorio. Será a causa la globalización o tal vez de la deslocalización de los sentimientos de la sociedad.