SOLIDARIDAD RELATIVA


Cuando se habla de la solidaridad de los ciudadanos europeos hacia los migrantes que tenemos encerrados bajo cero en campos de concentración, me vienen dudas razonables sobre esta solidaridad de la que tanto nos jactamos la mayoría. Cierto es que hay una solidaridad de sofá, o de teclado, incluso de contribución económica de poca monta que no representa demasiado esfuerzo y tranquiliza conciencias, pero cuando el migrante llega al ámbito cercano, esta solidaridad relativa desaparece y da paso a una hostilidad real y entonces es cuando los solidarios desaparecen o se pueden contar con los dedos de la mano.
¿Porque sinó en Europa cada vez tienen más éxito los Políticos xenófobos contrarios a los migrantes?, a esta gente les vota cada vez más gente, gente que debe de ser solidaria, pero solidarios relativos de fin de semana desde el sofá o un teclado de ordenador.
Ser solidario, tal vez sería acogerlos de verdad, físicamente, o manifestarse cada día ante nuestros gobiernos hasta que se decidan a solucionar este grave problema agravado con el frío de este invierno más frío de lo normal. Pero esto no lo hacemos, lo dejamos para el otro y el otro no está por la labor.

Una noche soñé que había una marcha hacia Grecia, iban miles de personas de toda clase y condición, íban para concienciar a los gobiernos de la gravedad de la situación y para ayudar en lo que hiciera falta. Pero sólo era un sueño, y ya hace tiempo que sabemos que los sueños sueños son.

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