Dentro de una guerra, del horror de una guerra hay otras guerras mas atroces aún. Hay un destello de orgullo en la mirada de Abu Jaafar cuando explica cómo se gana la vida. Jaafar trabajaba como guardia de seguridad en un bar, pero todo cambió cuando conoció una banda que traficaba órganos. Su “empleo” ahora es encontrar a gente desesperada. Tan desesperada que está dispuesta a vender una parte de su cuerpo.
Y nunca le faltan “clientes”, debido al flujo constante de refugiados sirios al Líbano, víctimas de seis años de guerra. leer artículo aqui.
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