El Gobierno de España está totalmente dispuesto a impedir la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña el día 1 de octubre. La decisión es firme. "Este referéndum no se celebrará", dijo ayer, tajante, el jefe del Ejecutivo español en una comparecencia ante la prensa, sin preguntas.
Rajoy dijo que no renuncia a ninguna posible medida, pero rebajó el tono usado el día anterior por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La línea argumental sigue siendo la defensa de la legalidad y de la democracia, pero el presidente no habló de "patada a la democracia", ni utilizó el término "dictadura" para referirse al que está pasando en Cataluña. "Sé lo que se espera de mí. Este referéndum no se celebrará ".

El 13 de diciembre de 2013 Rajoy hizo esta misma afirmación ante la decisión de los partidos soberanistas catalanes de llevar a cabo una consulta sobre la independencia. "Esta consulta no se celebrará", dijo entonces. Prohibida por el Tribunal Constitucional, la consulta finalmente tuvo lugar de manera informal el 9 de noviembre de 2014, gracias a un acuerdo tácito de última hora entre Madrid y Barcelona, ​​canalizado por una discreta comisión de enlace de la que formaban parte Joan Rigol (ex presidente del Parlamento de Cataluña), José Enrique Serrano (hombre de confianza del PSOE) y Pedro Arriola (asesor personal de Rajoy). El acuerdo verbal consistía en tolerar una consulta informal a cambio de un bajo perfil del Gobierno de la Generalidad. Se acababa de celebrar el referéndum de Escocia y al Consejo de Ministros ganó la opinión de que era mejor evitar las imágenes de la policía requisando urnas. Algunos ministros -entre ellos José Manuel García Margallo y Jorge Fernández Díaz eran partidarios de secuestrar las urnas, localizadas por la Guardia Civil en el almacén de la prisión de Lleida, unas urnas de cartón confeccionadas por los presos. Prevaleció la línea tolerante, 2,3 millones de personas participaron en la consulta y Artur Mas exultó. Después llegaron las querellas. 

Pero ahora es diferente, esto es mucho más serio y lo que Mariano Rajoy no sabe ver, es que si el día 1 de Octubre el pueblo de Cataluña no puede votar, habrá dado un paso definitivo hacia la independencia, pues lo que sucederá será convocar inmediatamente elecciones autonómicas, con el fin entre otros de ICV, PSC y Pdcat, mayoría absoluta de ERC, con aliados naturales, y la rotura definitiva con España, una rotura dolorosa y no deseada por muchos, que Rajoy el culpable de todo lo que ha pasado, no podrá evitar.
Ha habido en política errores históricos, pero como el de Rajoy no recuerdo ninguno, y eso que ha cometido más de uno. Sólo que el pueblo de Cataluña vote el 1-O le puede salvar, y alguien de los suyos se lo debería hacer ver, por su propio bien y el nuestro.