MUCHO RUSO EN RUSIA


Una de las claves de toda teoría de la conspiración es contener trazos de realidad. Que se apoye en pilares sólidos, para tejer entre ellos una red de fábulas que resuelva preguntas sin resolver o tape realidades incómodas. Da igual lo inverosímil que pueda parecer en un principio: si todo junto ofrece respuestas sencillas y señala a alguien a quien culpar de todos los problemas, se habrá logrado el objetivo. España asiste en estos momentos, en riguroso directo, al parto de una de esas novelescas conspiranoias: hay un ejército de hackers rusos, apoyados por Vladimir Putin y con una rama venezolana, esforzándose mucho para lograr la independencia de Catalunya.

¿Cuál es la estrategia para llevar a cabo tan perverso plan? "Lanzar noticias falsas contra España y que estas se muevan en la red", explicó este martes Mariano Rajoy, confirmando que a pesar de la ausencia de toda prueba que sustente esa teoría, el Gobierno compra la teoría considera real la amenaza exterior. "Muchas de las actuaciones venían de territorio ruso, no sabemos si exactamente del Gobierno ruso. Y algunas han sido replicadas desde territorio venezolano", concretó en Bruselas la ministra María Dolores de Cospedal sobre el nuevo enemigo, invisible y empeñado en atacar la democracia española. 
Aunque suene a burla, no lo es. La semilla de la teoría de los hackers rusos la plantó El País poco antes del 1-O y ahora la riegan todos los medios afines al PP. La plataforma para que el presidente del Gobierno diera pábulo a este guión de película fue una pregunta directa sobre el tema en la Cope (dando lugar a una conversación un tanto absurda con Carlos Herrera, en la que se confunden conceptos como bots con hackers, como se explicará después). La última novedad en la teoría es la suma del frente venezolano a la causa de Putin y los suyos, así como la determinación de la UE a hacer frente al problema. Ni de lo uno ni de lo otro hay la más mínima prueba fuera de hechos circunstanciales.
La teoría de los hackers ruso-venezolanos apunta muy alto. Dispone que un personaje oscuro trata de extender el caos por occidente, y tras el Brexit, su siguiente objetivo es nada menos que romper España. Para este papel no vale Nicolás Maduro, el enemigo exterior ya clásico del Régimen del 78. Se entiende que su poder no llega tan lejos. No, en esta contienda España compite cara a cara con Vladimir Putin, que ha desplegado una red encubierta de expertos informáticos.
El problema de reclamar un personaje de tal calibre para la política nacional es que su influencia en cuestiones geopolíticas no es impostada, como la de Maduro en España. La propaganda rusa y los mensajes de los medios oficiales del Kremlin son un asunto que preocupa tanto en EEUU como en la Unión Europea, que tiene una unidad especial dedicada a identificar bulos e información falsa sobre la UE que estos pudieran estar divulgando. Se trata de la European External Action Service East Stratcom Task Force y su misión es analizar cada una de estas injerencias y desmentirla. 

Pues bien, de las 110 injerencias detectadas por esta unidad en el último mes, ¿cuántas de ellas están relacionadas con Catalunya? Ninguna. ¿Y de los 1.368 casos del año pasado? Cero. Ucrania, Siria, la UE, Polonia y EEUU centran las noticias identificadas como "desinformación" por esta unidad de la Comisión Europea, tal y como queda reflejado en el buscador en su web: euvsdisinfo.eu. CARLOS DEL CASTILLO @CdelCastillo.

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