Patrocinio Herrero Zarzoso nació en 1900 en Olba (Teruel) y de jovencita con sus tres hermanas se vino a vivir a Sabadell, donde murió a los 94 años de edad. La Patro (como la llamábamos) era la abuela de mi mujer, y hacía la mejor olla 'barrejada' del mundo. Siempre que llegaban estas fechas se quejaba de que a ella los reyes nunca le habían traído una muñeca. 
Cuando tenía 90 años se me ocurrió que quizas era llegada la hora de que los reyes le trajeran una, y les pedí para ella la muñeca más bonita que encontré. Era de ropa, con un vestido rojo muy bonito, y valía 8.000 pesetas de aquellos tiempos. Cuando se la di el día de reyes por la mañana, se puso como un fiera y me la tiró por la cabeza diciéndome que me había querido reír de ella. Es curioso, pero no lo entendió. La muñeca se quedó en casa y posteriormente se perdió como las sábanas que se pierden en la colada de algún traslado. 
Al año siguiente un señor de 90 años pero muy activo, con quien tenía relaciones comerciales, se quejaba de que él nunca había tenido un patinete para reyes. Ese año se encontró uno en la puerta de su casa y se emocionó y lo agradeció tanto, que compensó con creces el disgusto que había tenido los reyes anteriores. Y es que como decía el padre de Mafalda por boca de Quino, la noche de reyes los adultos nos sentimos terroristas de la felicidad, aunque no siempre la cosa funcione como uno había pensado.