La paradoja de Fermi es una paradoja física que surge de la contradicción entre la posibilidad de que hayan aparecido un gran número de civilizaciones tecnológicamente avanzadas en el universo y el hecho constatado que sólo se conoce civilización en la Tierra, nos dice la wikipedia.
La edad del universo y el gran número de estrellas sólo en nuestra galaxia, junto con la ecuación de Drake para estimar el número de civilizaciones extraterrestres con las que eventualmente podríamos ponernos en contacto, parecen implicar que la vida extraterrestre inteligente no debería ser extremadamente rara. Ahora bien, si hay un gran número de civilizaciones extraterrestres, ¿por qué no tenemos ninguna prueba, como sondas, naves espaciales o transmisiones de radio? El físico Enrico Fermi se pedía «¿Dónde están, entonces?». La paradoja se puede formular más precisamente como:
La creencia de que el universo contiene muchas civilizaciones tecnológicamente avanzadas, combinada con nuestra falta de pruebas observacionales para apoyar esta idea, es inconsistente. O bien la premisa es incorrecta, y por tanto, la vida inteligente es mucho más escasa que no creemos- o bien las observaciones actuales son incompletas -simplemente, aunque no las hemos detectades- o bien nuestros métodos de investigación son incorrectos -no estamos buscando los indicadores correctos.
Aquellos que creen que la falta de una prueba clara es un argumento conclusivo para la no existencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas a una distancia de la Tierra que permita la comunicación, se refieren a esta falta de pruebas como el principio de Fermi. Sociológicamente, es interesante notar que la formulación de la paradoja surgió en una época en que en Fermi estaba trabajando en el proyecto Manhattan, cuya finalidad era el desarrollo de la bomba atómica. La respuesta de Fermi a su paradoja es que toda civilización avanzada desarrolla, con su tecnología, el potencial de exterminarse sí misma, tal como consideraba que estaba pasando en su época. El hecho de no encontrar otras civilizaciones extraterrestres implicaba para él un trágico destino para la humanidad.
Es decir, la prueba irrefutable de que nosotros, o somos un accidente único en todo el universo (improbable), o un incidente, mejor dicho, un experimento, a saber por parte de que o de quien. Dile Dios, dile H, y con qué finalidad.
La edad del universo y el gran número de estrellas sólo en nuestra galaxia, junto con la ecuación de Drake para estimar el número de civilizaciones extraterrestres con las que eventualmente podríamos ponernos en contacto, parecen implicar que la vida extraterrestre inteligente no debería ser extremadamente rara. Ahora bien, si hay un gran número de civilizaciones extraterrestres, ¿por qué no tenemos ninguna prueba, como sondas, naves espaciales o transmisiones de radio? El físico Enrico Fermi se pedía «¿Dónde están, entonces?». La paradoja se puede formular más precisamente como:
La creencia de que el universo contiene muchas civilizaciones tecnológicamente avanzadas, combinada con nuestra falta de pruebas observacionales para apoyar esta idea, es inconsistente. O bien la premisa es incorrecta, y por tanto, la vida inteligente es mucho más escasa que no creemos- o bien las observaciones actuales son incompletas -simplemente, aunque no las hemos detectades- o bien nuestros métodos de investigación son incorrectos -no estamos buscando los indicadores correctos.
Aquellos que creen que la falta de una prueba clara es un argumento conclusivo para la no existencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas a una distancia de la Tierra que permita la comunicación, se refieren a esta falta de pruebas como el principio de Fermi. Sociológicamente, es interesante notar que la formulación de la paradoja surgió en una época en que en Fermi estaba trabajando en el proyecto Manhattan, cuya finalidad era el desarrollo de la bomba atómica. La respuesta de Fermi a su paradoja es que toda civilización avanzada desarrolla, con su tecnología, el potencial de exterminarse sí misma, tal como consideraba que estaba pasando en su época. El hecho de no encontrar otras civilizaciones extraterrestres implicaba para él un trágico destino para la humanidad.
Es decir, la prueba irrefutable de que nosotros, o somos un accidente único en todo el universo (improbable), o un incidente, mejor dicho, un experimento, a saber por parte de que o de quien. Dile Dios, dile H, y con qué finalidad.
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