Si Rajoy hubiera dimitido, las opciones más probables habrían sido dos: otro presidente del PP o la repetición electoral. Y por eso Rajoy ni dimitió ni sondeó con Ciudadanos esa posibilidad. Porque era una decisión humillante, y él cree que no había razones para dimitir. Porque siempre pensó en él, más que en el futuro de España o el del PP. Y porque solo Ciudadanos, aupado en las encuestas, tiene hoy prisa por que se vuelva a votar.
La intervención de Rafael Hernando, más dura imposible, deja claro cuál es la nueva estrategia del PP. La misma receta que ya probaron Felipe y Zapatero: leña al mono hasta que cante en inglés. No descarten que Rajoy –“la vida es resistir”– intente incluso aguantar.

Por qué no dimitió Mariano Rajoy - Ignacio Escolar.