"Las empleadas de la empresa, "Aceites y Energia Santa Mariahace seis meses que están esperando, esperando el pago de los atrasos del nuevo convenio. El convenio dice 'trabajadores' y no 'trabajadoras'. Las palabras utilizadas en la redacción del convenio colectivo del sector del aceite, le están sirviendo a una empresa de Lucena como excusa para no pagar los atrasos a sus tres trabajadoras. "
Se veía venir, tanto lenguaje estupidamente correcto nos debía llevar hasta aquí. Empezamos con los ciudadanos y las ciudadanas y acabamos con los trabajadores y las trabajadoras. Para en medio hablar de 'miembros y miembras' y otras tonterías por el estilo. Perez reverte se cachondeaba del tema en este artículo:

«El pleno está integrado por el presidente o presidenta, el vicepresidente o vicepresidenta y los vocales o las vocales.» Ante ese párrafo pueden ocurrir dos cosas. Una es que parezca normal: de pura saturación terminas acostumbrándote a cualquier imbecilidad. La otra es que nos dé la risa floja. Al principio creí que era un texto chungo. Manipulado. Pero nada de eso: BOPV, ley 9/2004 de la Comisión Jurídica. «Se hace saber a los ciudadanos y ciudadanas», etcétera. Todo trufadito de perlas como ésta: «Un secretario o secretaria que se nombra por el presidente o presidenta (...) entre funcionarios y funcionarias». Y más adelante, con repetición exhaustiva de las titulares o los titulares, las vocales o los vocales, los presentes o las presentes, el secretario o la secretaria, el presidente o la presidenta, se detalla que en ausencia «de uno de los vocales o una de las vocales (...) se procederá al nombramiento de un suplente o una suplente (...). El nombramiento y cese del suplente o la suplente se realizará conforme a lo previsto (...). El tiempo que dure la suplencia se imputará al período de mandato de la vocal o el vocal suplido». Imagino que las feministas galopantes estarán goteando agua de limón con el texto, pero creo que aún podríamos afinar un poquito más. Porque observo cierto déficit de concordancia. Puestos o puestas a ello, «la vocal o el vocal suplido» debería haberse escrito «la vocal o el vocal suplido o suplida», o bien «la vocal o el vocal suplidos o suplidas». Y puestos a hilar fino, lo de «el tiempo que dure la suplencia» también era mejorable escribiendo «el tiempo que dure la suplencia o el suplencio». Pero en fin. Cada maestrillo tiene su librillo.
En cualquier caso, es de justicia reconocer que, si en la lucha contra el sexismo lingüístico el BOPV se cubre de gloria pionera, en cuanto a la concordancia y el concordancio sus redactores o redactoras todavía no afinan mucho. Cuando escriben, por ejemplo, «el presidente o presidenta», «los titulares o las titulares», «los vocales o las vocales», no terminan de rematar la cosa. En pura lógica, vocal es a concejal lo que vocala a concejala, etcétera. O semos, o no semos. Y si semos, ¿por qué la puntita nada más? Lo normal, si se escribe presidente y presidenta, es que también se escriba presidencia y presidencio, titulares y titularas, vocales y vocalas, igual que en otros casos -sutil artículo 9- «ambos y ambas».

Y es que en muchos casos, no habría que ser tan quisquillosos, mejor usar el genérico, simplifica mucho las cosas y en el fondo no discrimina a nadie. Además és que és complejo, si decimos hombres y mujeres en vez de hombre en genérico pñara referirnos a la humanidad, nos olvidamos y discriminamos al colectivo LGBTI, y tampoco se trata de que para definir algo tan concreto como la humanidad, 'los humanos', decir: hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes y jóvenas, abuelos y abuelas, gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, etc etc. Es que esto es un caos, el acabose, el desideratum, porque ya que hay mas mujeres que hombres ministros en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, que se debería decir cuando se informa de su reunión de los viernes: Consejo de ministros y ministras, o quizás Consejo de ministras ya que son mayoría.