El presidente Sánchez y el presidente Torra acaban de descubrir que en España, se puede hablar de todo, que se puede estar de acuerdo en que se puede no estar de acuerdo y que negociando se entiende la gente y se resuelven los problema en democracia. Torra ya no es el racista supremacista, -el LePen español- y Sánchez ya no es un cómplice del malvado Rajoy y su autoritario 155. Los que han defendido siempre el diálogo y la negociación como herramienta política en Cataluña deberán soportar en silencio como las hemorroides, que ahora, vengan unos y otros a contarnos sus bondades y cómo se debe hacer para hacer bien las cosas.
No han solucionado nada, pero esto de nada es algo, ahora toca la comisión bilateral si se activa o se desactiva, funciona cuando ambos gobiernos negocian y llegan a acuerdos. La comisión bilateral ni se crea ni se destruye, únicamente se transforma casi siempre en nada o poca cosa. A los gobiernos de Rajoy y Carles Puigdemont no les interesaba llegar a acuerdos, a los de Sánchez y Torra, sí, aunque esten de acuerdo en poner de manifiesto que no están de acuerdo.
No sé por qué el presidente Torra no puede decir que, sin renunciar a la autodeterminación y a la independencia, cambia de estrategia (a pesar de tener 55 años y los hijos colocados) y desde hoy el independentismo vuelve a estar dispuesto a seguir desarrollando el Estatuto autonómico, autonomista. Tampoco entiendo por qué el presidente Sánchez y su gobierno no pueden dejar de seguir enarbolando la constitución y las leyes para hacer política sin que parezca que la hacen, en lugar de hacerla y explicarla sin complejos.
Todo ello. mucho hablar para nada, se acerca un otoño caliente en que probablemente comenzará el juicio a los encausados por el Juez Llarena, veremos de que pueden hablar entonces, salvo que Torra, se le envaine definitivamente y con él se cierre de una vez el moribundo proceso.
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sbd - 12.7.18
