Hoy es sábado, y me siento aliviado, he superado el Black Friday. A pesar del bombardeo publicitario, de la propaganda que vomitaban radios, teles y periódicos, he resistido, no he comprado nada.
Y si no he comprado nada es porque no necesito nada. Al menos, nada que no pueda adquirir cualquier otro día de la semana, o del més próximo. Parece bastante claro que la estrategia consiste no tanto en conseguir que compremos como crearnos la necesidad de comprar, incluso creándonos un sentimiento de culpa si no lo hacemos. Si no compras el viernes estarás fuera del círculo virtuoso, no estarás en la onda. Mentira. Si no compras este viernes es porque no te da la gana, o porque has comprado con tiempo lo que necesitabas, o porque lo harás en días venideros. O cuando te apetezca, y no porque te intimide el discurso amenazador de la Publicidad: "¡Compra! ¡Compra! ¡Compra!. Y yo, por no comprar, ayer no aproveché para quedarme unos zapatos que estaban de oferta en el Carrefour, las compraré cuando vuelva el més próximo.
Ah! y no os hagáis ilusiones, que el Black Friday no se ha acabado, que aqui el más tonto hace submarinos que flotan, y como aquel que no quiere, alargan la cosa, hoy sábado y mañana domingo, continúa el Black Friday..., mañana abre el Corte Inglés, Ikea, el sumsum y el corda, de hecho, empalmarán con el Cyber ​​Monday que es el próximo lunes 26 y de Monday a Monday y tiro porque me toca, con el Green Monday que es el 12 de diciembre. Y es que mira que son tontorrones e ingenuos estos ciudadanos modernos, seguidores fieles de la nueva religión, la compra compulsiva en directo o bien on line.