Hay un anécdota muy ilustrativa en campaña electoral atribuida a Santiago Rusiñol: Estaba en un pueblo de Lleida haciendo un mitin y en el ardor de las promesas ante el auditorio les prometió:¡Si ganamos las elecciones os construiremos un puente!. Entonces alguien de los asistentes le dijo: ¡oiga! que aquí no tenemos río. Y Russinyol o el político que fuera sin inmutarse contestó: Pues también os pondremos un río! y se quedó tan ancho.
Posiblemente sea una leyenda urbana o rural en este caso, o tal vez es cierta, que nunca se sabe, pero nos enseña que durante las campañas electorales se promete el oro y el moro con total impunidad y convencimiento de que no se podrá llevar a cabo lo que se está prometiendo.
Se había propuesto hace un tiempo (creo que fué el publicista Quim Llorente) que quizás se debería crear un tribunal que controlara las promesas electorales, de manera que al cabo de un año de Gobierno, programa electoral en mano, este Tribunal comprobar si lo que se había prometido en campaña se había cumplido y en el caso de no ser así inhabilitare este Gobierno y se volvieran a convocar elecciones, y así sucesivamente hasta que en primer lugar, en campaña prometieran cosas razonables y posibles de alcanzar, y no hicieran volar tantos palomas para engatusar al tiempo de desencantar a la gente. Puede sonar a utópico o un poco descabellado, pero la propuesta habría que tenerla en cuenta. Lástima que ya se ve venir que estaríamos 'in eternum' sin gobierno.
Sobre las campañas electorales, es cierto que con el paso del tiempo y los problemas económicos de los partidos, el coste de estas campañas se ha ido reduciendo y cada vez más se centra la tarea en el mundo audiovisual y también en la red. Fíjese que en la tele todos siguen la misma estrategia, el líder delante y detrás, la militancia ilusionada en el proyecto que asintiendo con la cabeza en complicidad a las palabras del líder.
Lo que quería venir a decir con todo esto, es que tal vez sería llegada la hora en que como en un cuento de Isaac Asimov en "yo robot" deberían eliminarse de raíz las campañas electorales, al fin y al cabo la mayoría de ciudadanos ya sabe a quién votará, sobre todo en estas próximas elecciones, y, los indecisos, esta horquilla del 5% que dicen los que entienden los que se hacen las campañas, no justifican todo el gasto de los unos, ni la paliza mediática que tenemos que soportar los demás, porque lo que no es cierto es que haya un % de indecisos como están diciendo. No se trata de voto indeciso, sino de voto no revelado, alguna vez que me han llamado por alguna encuesta de estas telefónicas siempre contesto que voto Pp.
Que se aclaren los presuntos indecisos y si no que no les dejen votar, por indecisos, o, volviendo al cuento de Isaac Asimov, informándose de los programas de todos los partidos, que vote un solo ciudadano elegido en nombre de todos y que sea lo que tenga que ser. Al fin y al cabo estaremos igual de bien o mal según sople el viento económico, mande quien mande. Ninguno de los posibles presidentes del nuevo Gobierno pintan gran cosa, y aún pueden decidir menos, sólo forman parte del atrezzo, de la puesta en escena de un Estado gestoria, indefenso y caótico ante eso que llaman los mercados globalizados.
Ya entiendo que esto que propongo no es posible - sólo es un cuento - pero si que se podrían ahorrar (con la que está cayendo) el coste onerosamente inútil de la campaña electoral, creo que seríamos bastantes quienes lo agradeceríamos.
Sobre las campañas electorales, es cierto que con el paso del tiempo y los problemas económicos de los partidos, el coste de estas campañas se ha ido reduciendo y cada vez más se centra la tarea en el mundo audiovisual y también en la red. Fíjese que en la tele todos siguen la misma estrategia, el líder delante y detrás, la militancia ilusionada en el proyecto que asintiendo con la cabeza en complicidad a las palabras del líder.
Lo que quería venir a decir con todo esto, es que tal vez sería llegada la hora en que como en un cuento de Isaac Asimov en "yo robot" deberían eliminarse de raíz las campañas electorales, al fin y al cabo la mayoría de ciudadanos ya sabe a quién votará, sobre todo en estas próximas elecciones, y, los indecisos, esta horquilla del 5% que dicen los que entienden los que se hacen las campañas, no justifican todo el gasto de los unos, ni la paliza mediática que tenemos que soportar los demás, porque lo que no es cierto es que haya un % de indecisos como están diciendo. No se trata de voto indeciso, sino de voto no revelado, alguna vez que me han llamado por alguna encuesta de estas telefónicas siempre contesto que voto Pp.
Que se aclaren los presuntos indecisos y si no que no les dejen votar, por indecisos, o, volviendo al cuento de Isaac Asimov, informándose de los programas de todos los partidos, que vote un solo ciudadano elegido en nombre de todos y que sea lo que tenga que ser. Al fin y al cabo estaremos igual de bien o mal según sople el viento económico, mande quien mande. Ninguno de los posibles presidentes del nuevo Gobierno pintan gran cosa, y aún pueden decidir menos, sólo forman parte del atrezzo, de la puesta en escena de un Estado gestoria, indefenso y caótico ante eso que llaman los mercados globalizados.
Ya entiendo que esto que propongo no es posible - sólo es un cuento - pero si que se podrían ahorrar (con la que está cayendo) el coste onerosamente inútil de la campaña electoral, creo que seríamos bastantes quienes lo agradeceríamos.
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