La madre de Oscar Camps, le dijo a su hijo una frase sencilla, simple, incluso obvia, pero de una gran enorme, de un compromiso firme con la propia conciencia. 'De la cárcel se sale, del fondo del mar no'.
El barco Open Arms se dirige a la ruta más mortífera para los migrantes, el Mediterráneo Central, en un momento en que nadie vigila y después del caso del Sea Watch, pero el fundador de esta ONG catalana, Oscar Camps, no teme las consecuencias y asegura que "de la cárcel se sale, del fondo del mar no".
En una entrevista a Efe, Camps, a bordo del Open Arms, asume toda la responsabilidad y aseguró que protegerá el capitán en caso de que ocurra lo mismo que lo sucedido en Italia con la patrona del barco de la ONG alemana Sea Watch, Carola Rackete, detenida tras entrar en el puerto de la isla de Lampedusa sin permiso para que desembarcaran los 40 migrantes que llevaban 17 días en la nave, desde que fueron rescatados.
"Yo también lo hubiera hecho. Cualquier ser humano, no político, lo hubiera hecho. Cualquier", afirma con seguridad Camps al ser preguntado si habría tomado la decisión de Rackete de entrar por la fuerza en el puerto.
Tras el arresto de la capitana del Sea Watch, pero también de la investigación todavía en curso en Italia a dos voluntarios de los Open Arms para favorecer la inmigración ilegal, Camps sabe perfectamente lo que se le viene encima. "Lo tengo claro, pero también tengo que proteger mi capitán y por eso me estoy embarcando y he dado ordenes para que se exima al capitán de cualquier responsabilidad. Como me dijo mi madre antes de partir: 'de la cárcel se sale, del fondo del mar no", señala.
Explica que después de seis meses bloqueados por la prohibición de salir a aguas internacionales para operaciones de rescate, no puede quedara parado ante el que esta sucediendo en el Mediterráneo Central. "No puede ser. No me puedo quedar parado. Lo siento en el alma. Soy padre de familia. Soy el director de una organización humanitaria que protege la vida humana en el mar. Tengo unos principios y en este momento preferiría estar en la posición de la capitana del Sea Watch", recalca.
Y con amargura señala que "obedecer no lleva a nada más que a la muerte de personas", antes de agregar que "la complicidad pasiva de los presidentes de los 28 gobiernos de la Unión Europea no dejado otra alternativa". "Con el buen tiempo se incrementarán las salidas de barcos desde Libia. Además de la retirada de los barcos del dispositivo europeo Sofía que ha dejado sin naves la zona, el Sea Wach se encuentra detenido y su capitana en prisión. Podremos tener cientos de muertos este verano ", advierte.
Ante estos hechos, diría que no hay que añadir casi nada más, cada uno con su conciencia, una conciencia la de los 28 presidentes de Países europeos, que no está ni se la espera, escondida en un oscuro rincón de su memoria de cuando aún eran personas y tenían principios.
El barco Open Arms se dirige a la ruta más mortífera para los migrantes, el Mediterráneo Central, en un momento en que nadie vigila y después del caso del Sea Watch, pero el fundador de esta ONG catalana, Oscar Camps, no teme las consecuencias y asegura que "de la cárcel se sale, del fondo del mar no".
En una entrevista a Efe, Camps, a bordo del Open Arms, asume toda la responsabilidad y aseguró que protegerá el capitán en caso de que ocurra lo mismo que lo sucedido en Italia con la patrona del barco de la ONG alemana Sea Watch, Carola Rackete, detenida tras entrar en el puerto de la isla de Lampedusa sin permiso para que desembarcaran los 40 migrantes que llevaban 17 días en la nave, desde que fueron rescatados.
"Yo también lo hubiera hecho. Cualquier ser humano, no político, lo hubiera hecho. Cualquier", afirma con seguridad Camps al ser preguntado si habría tomado la decisión de Rackete de entrar por la fuerza en el puerto.
Tras el arresto de la capitana del Sea Watch, pero también de la investigación todavía en curso en Italia a dos voluntarios de los Open Arms para favorecer la inmigración ilegal, Camps sabe perfectamente lo que se le viene encima. "Lo tengo claro, pero también tengo que proteger mi capitán y por eso me estoy embarcando y he dado ordenes para que se exima al capitán de cualquier responsabilidad. Como me dijo mi madre antes de partir: 'de la cárcel se sale, del fondo del mar no", señala.
Explica que después de seis meses bloqueados por la prohibición de salir a aguas internacionales para operaciones de rescate, no puede quedara parado ante el que esta sucediendo en el Mediterráneo Central. "No puede ser. No me puedo quedar parado. Lo siento en el alma. Soy padre de familia. Soy el director de una organización humanitaria que protege la vida humana en el mar. Tengo unos principios y en este momento preferiría estar en la posición de la capitana del Sea Watch", recalca.
Y con amargura señala que "obedecer no lleva a nada más que a la muerte de personas", antes de agregar que "la complicidad pasiva de los presidentes de los 28 gobiernos de la Unión Europea no dejado otra alternativa". "Con el buen tiempo se incrementarán las salidas de barcos desde Libia. Además de la retirada de los barcos del dispositivo europeo Sofía que ha dejado sin naves la zona, el Sea Wach se encuentra detenido y su capitana en prisión. Podremos tener cientos de muertos este verano ", advierte.
Ante estos hechos, diría que no hay que añadir casi nada más, cada uno con su conciencia, una conciencia la de los 28 presidentes de Países europeos, que no está ni se la espera, escondida en un oscuro rincón de su memoria de cuando aún eran personas y tenían principios.
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