LA 'SALCHICHA' DE LA DEMOCRACIA


Parece claro que la Junta electoral central de Nueva Zelanda, es muy diferente de la de España. En los supermercados de Nueva Zelanda, la oferta nunca ha sido tan amplia como ahora. Además de poder elegir entre sus marcas favoritas de huevos, atún, galletas o papel higiénico, los habitantes de este archipiélago también podrán elegir a su nuevo primer ministro en las próximas elecciones legislativas, todo un ejercicio de cómo integrar la democracia en el día a día ciudadano.
Será en los comicios previstos para el año 2020 cuando se aplicará la nueva normativa para regular las votaciones que ha sido aprobada esta semana y recoge la instalación de urnas electorales en los supermercados y centros comerciales más concurridos de la nación. Además, la ley también prevé la posibilidad de poder registrarse el mismo día de la votación o facilitar el voto de aquellos nacionales que viven en el extranjero.
En elecciones anteriores ya estaba prevista la instalación de urnas en iglesias, colegios y alcaldías. Ahora, se integrarán en esta red aquellos supermercados que cuenten con espacio suficiente para llevar a cabo la elección del candidato de manera tranquila y segura y los propietarios estén de acuerdo con la inclusión de sus locales. Según explicó Andrew Little, ministro de Justicia, estos cambios harán el acto de votar algo más sencillo y democrático y se han adoptado siguiendo las recomendaciones de la comisión electoral, que les propuso con la intención de alentar a los neozelandeses a expresar su opinión con su sufragio. "Poner urnas en supermercados y centros comerciales facilitará la votación de las personas", aseguró al respecto. "Es importante que las urnas se coloquen en lugares donde la gente hace sus cosas del día a día y, por tanto, pueda resultar más cómodo ejercer su derecho dentro de sus ocupadas vidas". Little forma parte del Gobierno que encabeza la laborista Jacinda Ardern, el partido gobierna en coalición con la formación Nueva Zelanda Primero y el Partido Verde a pesar de que el Partido Nacional de centroderecha recogió más votos que el Partido Laborista el día de las elecciones.
Precisamente, desde las filas de la oposición llegaron las críticas más aceradas a las nuevas medidas, ya que calculan que favorecerá más a los partidos de izquierda como el Laborista o los Verdes y los consideran más propios de "repúblicas bananeras" que de un país como Nueva Zelanda.
"Han elegido aquellas recomendaciones de la comisión electoral que apoyan al Gobierno de coalición", ha apuntado el portavoz de asuntos electorales del Partido Nacional, Nick Smith. "Queremos altos niveles de participación en nuestras elecciones, pero también queremos integridad en la votación. Queremos asegurarnos de que sean aquellas personas que legalmente tienen derecho a votar las que lo hagan". En los comicios de 2017, casi cuatro de cada cinco personas votaron, uno de los datos de participación más altos de toda su historia.
El poner urnas en los supermercados no es la única curiosidad electoral que hay por estos del Pacífico. En la vecina Australia, donde el voto es obligatorio, los electores cumplen cada año con el ritual de comerse la llamada "salchicha de la democracia" una vez que han depositado su papeleta.
La tradición, que según algunos historiadores se podría remontar a los años treinta del siglo pasado, ha crecido de tal manera que los vendedores ya ofrecen opciones veganas o con particularidades propias de cada región, mientras que los puestos de salchichas florecen en las puertas de los consulados australianos en el extranjero cada vez que toca día de elecciones. - lavanguardia.com

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