DÍAS DE CRISTALES ROTOS

Concentración en el albergue de El Masnou @MASNOUANTIFA

* Vox y su órbita acusan a menores migrantes de ser potenciales delincuentes sexuales para atacar centros como el de El Masnou en Barcelona o la Macarena en Sevilla,

* El Ejido en 2000 y La noche de los cristales rotos en Alemania 1938 prueban que los racistas culpan de un crimen individual al colectivo para aplastar a inocentes,


Está en marcha una campaña de criminalización de menores migrantes no acompañados. Este junio, actos hostiles se han sucedido ante un centro de acogida de La Macarena (Sevilla). El 3 de julio hubo un alentador encuentro informativo, con 200 miembros de ONGs, políticos y vecinos, para deshacer prejuicios y respaldar los derechos humanos. Pero el día 4, en El Masnou (Barcelona), una turba asaltó un albergue. Amenazó y tiró piedras. Aunque defensores de migrantes se interpusieron, fueron heridos un educador, un vigilante y cuatro menores. "El pueblo es pequeño, ya os cazaremos", gritaron los agresores.
Vox es la mano tras esta campaña. Siembra en tierra abonada por PP, Ciudadanos y PSOE que sostienen una política migratoria que viola la legalidad internacional con vallas fronterizas llenas de cuchillas, devoluciones en caliente a Marruecos por tierra y mar, internamiento en CIES carcelarios de quienes no han cometido delito, sino falta administrativa y hasta defienden deportar adolescentes, poco más que niños, llegados en pateras, bajos de camiones, trenes de aterrizaje de aviones o dentro de una maleta…
Estos días de renovación de cargos de la UE -Von der Leyen, presidenta de la Comisión; Michel, del Consejo; Lagarde, del Banco Central y Borrell de Política Exterior- las palabras coinciden en lo importante de tratar la migración, juntos y con sensatez.
Pero los hechos son una antología de locuras. Muerte de un marroquí de 18 años atado a la cama en el centro Tierras de Oria (Almería) donde se va a juzgar a trabajadores por difundir vídeos de casos parecidos. En mar español, pescadores argelinos a la deriva una semana por una avería son encerrados en un CIE. Un londinense que toma el sol en su jardín ve caerle al lado un congelado polizón de Kenya Airways. Congresistas de EEUU visitan centros de arresto de migrantes en Texas y cuentan que allí se dice a los sedientos que beban del retrete. En el colmo de espantos, el centro de encierro de 620 subsaharianos en Tayura (Libia) es bombardeado y 40 son asesinados.
Toda lógica sobre dónde buscar responsables de crímenes de lesa humanidad apunta a una dirección: la cúpula del poder global. Sin embargo, Vox y su red de socios señalan en sentido opuesto: a las víctimas más frágiles, menores migrantes sin familias.

La acusación sexual, ariete fascista anti inmigrantes. Ya el juez Serrano, entre sus barbaridades tras la sentencia del Supremo a La Manada dio a entender que sería magnánima con magrebíes o subsaharianos. Es injustificable relacionar a los cinco violadores españoles con migrantes. Pero no casual. Azuzar el miedo al ataque sexual es el ariete de los neofascistas internacionales: no sólo Serrano, sino todo Vox extiende la mentira de un "manto de silencio impuesto por medios, políticos y feministas supremacistas sobre cien 'manadas' (…) de inmigrantes y menores no acompañados".
La heroica capitana Carola Rackete que llevó a Lampedusa a 40 rescatados del Mediterráneo en el Sea-Watch y fue avalada luego por la justicia, tuvo que oír al desembarcar: "¡Gitana!" "¡Espero que te violen cuatro negros!", "¿Te gustan las pollas negras?", "¡Primero los italianos!”. Frase que cierra el círculo con Trump, pionero en acusar a migrantes mexicanos de violadores y traficantes.
En el ataque a los menores de El Masnou se usa de excusa la presunta agresión sexual de uno a una menor del pueblo. Algo que, de demostrarse, en ningún caso justifica los "¡Moros fuera!" equivalentes a que, por la manada que violó en Pamplona, al juez Serrano, a mí o cualquiera nos gritaran: "¡Fuera sevillanos!".
Precedentes de criminalizar a un colectivo inocente
Hace diecinueve años, en El Ejido (Almería), el asesinato de Encarnación López por un hombre –el crimen no tiene nacionalidad- en tratamiento psiquiátrico, se usó para prender el racismo en 24 horas de violencia sin control, ni detenidos, que arrasó locales, mezquita, locutorios, carnicerías, restaurantes… atacó a familias con niños y causó 22 heridos.
Hace ochenta y un años, en Alemania, el atentado cometido en París por Herschel Grynzpan contra el diplomático alemán Ernst vom Rath fue el pretexto de Goebbles para, en su homenaje al golpe de Hitler en 1923, alentar la persecución sangrienta de judíos. La noche de los cristales rotos, el 9 de noviembre de 1938, se asesinó a 91 judíos, prendieron 191 sinagogas, 7.000 comercios fueron saqueados y se llevó a 26.000 judíos a campos de concentración de Dachau, Buchenwald, Mauthausen y Sachsenhausen. 
¿Estamos vacunados contra el racismo exterminador que vuelven a inocular? ¿Resistirán nuestras sociedades la epidemia de rabia criminal? No esperemos sentados a averiguarlo. Este domingo de victoria del conservador Nueva democracia en las elecciones griegas, los neonazis de Amanecer dorado fueron desbancados por los fricki-nazis de Solución griega que lanzan el bulo de que Alemania costea prostíbulos a los migrantes; claman "Grecia, primero", por supuesto; exigen ser cristiano para ser de la UE y, dejándose de sutilezas, proponen sembrar de minas antipersonas las fronteras. -  - eldiario.es


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