EL NUEVO ORDEN MUNDIAL


La expansión de la epidemia y la inestabilidad política y económica derivadas de ella han llevado a la humanidad a uno de esos momentos en que la historia se acelera y entra en un momento crítico de cambio, y somos nosotros quienes tenemos que decidir como será el mundo el día después del Covid-19, afirma el historiador y  filósofo Yuval Noah Harari en una entrevista a la vanguardia.
La historia se está acelerando: el viejo libro de reglas está quedando hecho trizas y el nuevo se está todavía escribiendo. Hemos entrado en un momento muy fluido históricamente. Estamos llevando a cabo inmensos experimentos sociales con centenares de millones de personas: industrias enteras han pasado a trabajar desde casa; universidades y escuelas han pasado a la enseñanza online; los gobiernos están inyectando billones en la economía y considerando aspectos como la renta básica universal.
Ambos, gobiernos y personas individuales, están intentando hacer cosas que hace unos pocos meses hubieran sonado como totalmente imposibles. En los pasillos del poder se oyen ideas locas. Pero esta ventana de fluidez es corta. Pronto un nuevo orden emergerá y se solidificará, y, por tanto, el momento de influir en la dirección de la historia es este.
Nos enfrentamos a muchas alternativas. ¿Apoyaría la gente al ascenso de dictadores, o insistiría en que esta emergencia se gestionara de un modo democrático? Cuando los gobiernos gastan millones para ayudar a negocios arruinados ¿salvarán a las grandes corporaciones o a los pequeños negocios familiares? ¿Los países se ayudarán unos a otros en un espíritu de solidaridad global o continuarán con una política egoísta y aislacionista?
Los ciudadanos también deberían meter presión a los políticos para que actúen con un espíritu de solidaridad global; para que cooperen con otros países más que culparlos; para distribuir los fondos de forma justa; para preservar los controles y los equilibrios democráticos incluso en una emergencia.
El momento de hacerlo es ahora. Sea quien sea a quien elijamos para gobernar en los próximos años no tendrá la capacidad para revertir las decisiones que se están tomando ahora.  La padèmia  ha suspendido la libertad de movimientos y ha activado la vigilancia digital. Después del confinamiento la duda que nos queda es si el sistema avanzará hacia un cibertotalitarismo o hacia una sociedad que ponga límite a estos abusos. En nuestras manos está.

2 comentarios:

  1. Puede pasar cualquier cosa. También las peores. El tiempo dirá. Me imagino que todo el proceso de cambio o de crisis se agudizará con la próxima oleada vírica.
    Un saludo.

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