EL ÚLTIMO QUE APAGUE LA LUZ

En muchas películas apocalípticas o simplemente de evasión, aparecían señores que, con melenas blancas y largas túnicas, se paseaban por el centro de las ciudades con una pancarta en la que se podía leer: “The end is near”, para que la gente se olvidase de tanta banalidad y tomara conciencia de que la situación estaba muy mal. Para los turistas eran una atracción más de la ciudad de Nueva York, verlos en Times square al lado del Cowboy  en calzoncillos i otros frikis variados. Hace años The New Yorker publicó un dibujo en el que se veía a uno de esos hombres andando por la calle, con la pancarta: “The end is near”. Pocos pasos detrás de él, otro hombre, más viejo todavía, le seguía con una pancarta que rezaba, simplemente, “The end”. Pues eso, el último que quede que apague la luz, que gasta.
Y es que con esto del confinamiento o hibernación que dice un destacado dirigente sindical. (Un sindicalista es aquella persona que sólo trabaja un poco el día 1 de mayo, y que sabe que necesariamente para ser sindicalista debe ser vago), decía. Con esto del confinamiento o hibernación acabaremos todos histéricos. ¿Qué parte no ha entendido el personal?, el mundo no se acaba ni se acabará, pero si que se ha terminado una manera de vivir en este mundo, y, sobre todo y esto es importante, el bicho no se si os había dado cuenta, pero ha puesto de manifiesto varias cosas:

1.- El procés está out, como Puigdemont, muerto y enterrado (el procés), y muerto sin posibilidad de resucitar al menos en 10 años cuando ya estaremos todos calvos.

2.- No me gusta eso de controlar las preguntas en las ruedas de prensa, aunque la Generalitat las filtre mucho menos que el Gobierno Español, incluso admiten preguntas de Xavier Rius de 'E-noticias', que es lo más alejado a un periodista, si es que queda en este país algún periodista, viendo las tonterías que formulan en sus preguntas y la santa paciencia de los preguntados en perder lamentablemente el tiempo en contestar sus obviedades obvias.

3.- Todo lo que vendría ser el deporte de élite y su burbuja, sobre todo la  del fútbol, ​​también está out, se acabó, finito. Olvídense de campos con 100 mil personas desbarrando desaforados, de fichajes estelares, etc etc. Esto se ha acabado, como se ha acabado volar a Nueva York por cuatro duros y tantas otras cosas a las que nos tendremos que acostumbrar a renunciar. Y no pasa nada, nos adaptaremos, en eso tenemos práctica.

4.- Todo lo que vendría a ser radios, teleles o digitales en papel o en la red, se deberán readaptar, los ingresos en publicidad han caído en picado y costará que remonten, entre otras cosas porque la publicidad va ligada en gran medida al deporte de élite, y habrá aquello que se dice una escabechina, lo cual en el fondo es bueno.

5.- También deberá haber una readaptación en todo lo que es el turismo, cambiar el chip del turismo exterior por el interior, lo cual es lo que debería ser, volar a Nueva York como decía tiene un precio y no es el actual, y Peñíscola es un buen lugar - por ejemplo - para ir de vacaciones.

6.- Del mundo del trabajo, no se me ocurre escribir nada, estoy muy acojonado, vienen tiempos muy difíciles para la clase trabajadora como avisa Niño Becerra, aunque Gonzalo Bernardos no se haya enterado. veremos de estos afectados por las ERTES, cuántos continuarán trabajando dentro de un año o año y medio.


En fin, que 'Cuando el burrito coge la senda o se acaba el burrito o se acaba la senda', y esto pinta muy mal, y parece que acabará también muy mal, por lo tanto, divirtámonos hasta morir como nos recomendaba hace mucho tiempo Neil Postman.