¿Corrupció de menores? Probablemente, hasta que un menor no sea debidamente corrompido no devendrá adulto - Joan Fuster

Con motivo de la pandemia hay familias que se plantean no llevar a sus hijos en la escuela y educarlos en casa. Como no podía ser de otra manera, en un país relativamente democrático como el nuestro, la fiscalía ya ha avisado que perseguirá a las familias que no lleven a sus hijos a la escuela, aspecto que en otros países un poco más civilizados se permite, y de hecho, aquí, hasta ahora como eran pocos los casos, digamos que la administración hacía la vista gorda y no intervenia.
El filósofo y pedagogo John Dewey advertía que la integración de ambos aspectos debía resultar algo positivo. Por un lado, la educación familiar (o la que adquirimos en nuestras relaciones sociales) puede ser más profunda y real (significativa) mientras que la educación escolar pudiendo resultar más abstracta y superficial es, a su vez, más amplia, compleja y segura. Esta relación que debe tener el alumno con el exterior se fue desarrollando durante el siglo XX: las ideas surgidas de la Escuela Nueva que buscaban la relación del alumno con el exterior y la naturaleza culminaran con la creación de las Open Air Schools en el Reino Unido, de las Plein Air en Francia o de las Escuelas municipales al aire libre en Barcelona.es los años setenta, al calor del Mayo del 68 y de las principales ideas contraculturales, aparecen dos obras que no buscarán la relación entre la educación dentro y fuera de la escuela si no que más bien fueron un alegato contra la escuela como institución y su obligatoriedad. En La sociedad desescolarizada, de Ivan Illich y en La escuela ha muerto, de Everett Reimer, los autores creían que la escuela estaba desconectada de la realidad y realizaban algunas críticas tal como estaba planteada.
La decisión de educar en casa no sólo surge por una crítica al sistema educativo, si no por motivos religiosos u otras convicciones éticas y personales, motivos pedagógicos, por la falta de adaptación del niño a el sistema escolar o simplemente por querer otro tipo de vida familiar. En contra de estos deseos, juega el vacío legal que existe en España: según la Constitución es legal, pero según la normativa de educación es ilegal. Esto hace que las entre 2.500 y 5.000 familias (la horquilla es amplia ya que no hay datos oficiales) se encuentren en una situación legal ambigua.
No es así en otros países donde el homeschooling es legal y hay una mayor concienciación y divulgación como, por ejemplo, en Estados Unidos, en Finlandia o el Reino Unido. Precisamente, este vacío legal hace que el modelo de educación en casa no acabe de ser conocido y divulgado y se asocie esta práctica con estereotipos (especialmente, el de motivación religiosa y el antisistema). De hecho, en España, hay únicamente dos estudios sobre este fenómeno: el de Madalen Goiria, más enfocado en el jurídico, y la tesis doctoral de Carlos Jefe de la Universidad de Oviedo más centrada en el pedagógico.

Obviamente, hay pros y contras de este modelo. Las principales críticas están vinculadas a la posible falta de socialización del niño, a la necesidad de convivir con otros niños (más allá de sus hermanos) y de "sobrevivir" sin adultos que puedan intervenir siendo necesarias alternativas para socializar. También, hay dificultades con la homologación de títulos e incluso se puede cuestionar la idoneidad de los materiales o de la formación de los padres que ejercen de enseñantes.
En todo caso, algunas de las críticas en la escuela, así como los métodos y las experiencias aplicadas a la homeschooling, no dejan de ser interesantes por lo que deberíamos tomar nota de ellas. Como siempre, tenemos asociaciones (la Asociación para la Libre Educación), páginas webs, escuelas a distancia que apoyan y libros que nos pueden ayudar a entender este fenómeno ya que cualquier experiencia educativa puede resultarnos enriquecedora. 
De hecho, lo que parece claro, es que el actual sistema educativo es un fracaso, de hecho, no se si se notaría mucho si dejaran de ir a la escuela los niños y niñas, esto no quiere decir que la solución sea la enseñanza en casa que tiene también sus carencias como la falta de socialización de los niños, pero lo que si se debería revisar es el modelo actual de enseñanza y sobret todo aceptar que implantar la ESO fue un grave error que nadie se ha molestado en corregir o revisar. Quizás si se empezara por ahí habría menos gente que quisiera educar a sus hijos en casa.