El senador demócrata Bernie Sanders hace días lo predijo en el programa de Jimmy Fallon: “Es probable que a las 10 de la noche electoral Trump gane en Michigan, Pensilvania, Wisconsin… y esto es lo que se dirá en televisión. Pero los siguientes días los votos por correo seguirán siendo escrutados y entonces todo se torcerá a favor de Biden. Y en ese momento, Trump dirá: ‘¿Lo veis? Os dije que todo el proceso era fraudulento, os dije que los votos por correo estaban corrompidos’”. La clavó. Sólo que Trump también votó por correo.
Las noches electorales americanas son como las campanadas de Fin de Año, en cada edición nos explican sus mecanismos básicos, como que antes de las campanadas van los cuartos, y que lo que se cuentan son representantes y no votos, y aunque en un estado un candidato gane por una sola papeleta, se lleva todos los representantes. La novedad de este año es que hasta ahora no nos habíamos encontrado que un candidato, que además todavía es el presidente, desconfiase de los mecanismos de control de la nación que gobierna. También es cierto que vamos aprendiendo, y de epidemiólogos expertos en virus nos hemos convertido en politólogos expertos en elecciones en USA unas elecciones que se han seguido0 al menos desde España con una intensidad nunca vista, y es que Trump tiene esto, arrastra a la gente para b ien y para mal.
El presidente de Estados Unidos lleva cuatro años exhibiendo una arrogancia propia de matón de patio de colegio. Haciéndole bullying a quien le plante cara, hasta acabar con él. Desde colaboradores hasta periodistas, pasando por mandatarios de otros países. Está acostumbrado a ganar y no debe de haber tenido a mucha gente cerca que le haya recordado: “Donald, que puedes perder”. Y ahora ha perdido, aunque lo niegue. Es la primera vez en 28 años que un presidente no logra revalidar su mandato.
Vienen días de vergüenza ajena, de escucharle repetir una y mil veces que ha habido fraude,, que el voto por correo no vale, ha reclutado a los mejores abogados para dar la batalla en los tribunales… Pero Trump ha perdido, Fiche le camp, Donald. Evidentemente, el aún presidente intentará retorcer las normas democráticas, sin importarle el daño que pueda causar. En el fondo es un pobre hombre. Nadie le enseñó a perder, ni parece vaya a felicitar y facilitar el cambio a su contrincante, de alguien elegante es lo que se espera, pero a estas alturas es iluso pedirle eso a Trump, a Donald Trump.
.jpeg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario